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Deshacer opresiones es la base de nuestro trabajo. Como una organización dedicada a transformar la violencia y la opresión entendemos que la violencia que vemos a nivel global es un síntoma de los sistemas de opresión subyacentes (sexismo, racismo, heterosexismo, colonialismo, capitalismo, imperialismo) que perpetúan los actos violentos.

Nosotros, como Equipos y Comunidades de Acción por la Paz, reconocemos que nuestros orígenes tienen sus raíces en ámbitos predominantemente blancos y cristianos. También reconocemos cómo esto ha influenciado la forma en que hemos plasmado nuestro trabajo de no violencia. A lo largo de nuestra trayectoria continuamos aprendiendo de nuestros equipos y comunidades a reconocer la manera como vivimos y perpetuamos la violencia y la opresión. Al nombrarlo podemos avanzar hacia el desmantelamiento de estos sistemas no solo a nivel personal sino también en nuestros equipos y en los gobiernos y las sociedades que nos rodean.

Muchos de estos sistemas de violencia son institucionalizados y socializados como si fueran la norma; un modus operandi por defecto que no se puede cambiar. Pero esto no es verdad. Lo emocionante de este trabajo es que siempre se está expandiendo y ampliando para profundizar en nuestra comprensión de las formas en que nos relacionamos con nuestras hermanas y hermanos humanos y con el mundo vivo que nos rodea. Deshacer opresiones nos invita a cuestionar nuestras ideas de valor y crear nuevos sistemas de justicia, dignidad y respeto.