Colombia es el segundo país que más exporta flores en el mundo después de Holanda. El país vendió 2.052 millones de dólares en flores a más de 100 mercados en el año 2022 según Asocolflores, la asociación que agrupa a les cultivadores. Eso significa que las flores son el segundo producto agropecuario en exportaciones, después del café. Tanto en Colombia como en el mundo entero uno de los regalos preferidos en el Día Internacional de la Mujer, son las flores. Con ellas se busca honrar la belleza, la sensibilidad y la fortaleza de las mujeres y sus luchas.
El trabajo en flores, ejercido mayoritariamente por mujeres, es duro. Las condiciones laborales no son las mejores, las remuneraciones raras veces sobrepasan el salario mínimo, las jornadas son extensas y el tiempo para compartir con la familia es poco. Nancy Casas, dirigente de Sintrainagro, dice que en fechas como el 8 de marzo y el 14 de febrero, “Tenemos que trabajar extenuantes jornadas laborales, tenemos que trabajar más horas extras, perdemos tiempo con nuestros hijos y a aparte de eso no tenemos un reconocimiento por nuestro esfuerzo”. En sus largas jornadas laborales, las trabajadoras salen a las 5 de la mañana de sus casas y vuelven a las 9 o 10 de la noche. Además, las empresas no encuentran el personal suficiente y por eso las trabajadoras tienen que hacer jornadas más extensas.
En este contexto, no tiene ningún sentido que el 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer regalando flores, cuya industria perpetúa las brechas de género e invisibiliza las violencias estructurales ejercidas sobre éstas trabajadoras del campo.
Desde ECAP Colombia oramos por celebraciones consecuentes con sus causas, por que se visibilicen las violencias ejercidas detrás de nuestras prácticas de consumo, y por condiciones de vida digna y equitativa para todas las mujeres y hombres sobre esta Tierra.
