Una Valiente, Vulnerable e Improbable Historia de Paz

He regresado a la finca de Arlene y Cliff a través de los años porque elles me enseñaron el poder de entregar tu vida a la valiente, vulnerable e improbable historia de la paz.
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A photo of a B-2 bomber plane mid-flight, a dark triangular figure with a small pilot bubble seen on the top and white streaks in the sky behind.
A photo of a B-2 bomber plane mid-flight

El 22 de mayo de 1999 estaba parado frente a la entrada de la Base de la Fuerza Aérea de Grissom, ubicada en el norte de Indiana. La sombra siniestra de un bombardero Stealth rompió las nubes encima de mí. Se trataba del bautizo del nuevo Northrop Grumman’s 20th B2 bombardero como el nuevo “Espíritu de Indiana”. Yo estaba acompañado por un grupo de pacifistas reunidos por Cliff y Arlene Kindy, dos granjeres que vivían cerca de la base. Juntos ofrecimos un testimonio contra la celebración de esta máquina que muy pronto estaría matando personas inocentes alrededor del mundo como parte de los planes de “proyección de poder” del Ejército estadounidense.

Ese día Cliff pasó bastante tiempo hablando con los policías militares que custodiaban la entrada. Él tenía un portapapeles bajo el brazo y les explicaba animadamente a los guardias por qué quería desarrollar un programa de recompra de los bombarderos B2 en las instalaciones de la base. Los guardias no estaban muy convencidos de querer regresar su bombardero tan pronto, pero Cliff estaba muy animado explicándoles todos los programas de educación y salud que él podría ofrecer a cambio del B2. Probablemente pasó una hora evangelizando a esos guardias con nuestra visión para acabar con el militarismo.

Cuando reflexionamos sobre algo tan grande como el complejo industrial militar podemos sentirnos abrumados ante tanto poder político y económico. Adicionalmente, tenemos que lidiar con todas esas historias presentes en nuestra cultura que glorifican la guerra. Como dice Glen Guyton, “la guerra interminable ha sido normalizada hasta cierto punto y el patriotismo se ha convertido en sinónimo de apoyo incondicional al Ejército, gracias a la NFL [National Football League, por sus siglas en inglés] y la mayoría de las actividades deportivas comerciales.”

Es imposible que alguna de nosotres le gane la partida a este leviatan por si sole, pero como otres escritores en esta serie de El Costo de la Guerra han señalado, nosotres podemos construir comunidades de resistencia. Esto requiere estrategia y estructura, pero también un tercer ingrediente en el que quiero enfocarme: las historias.

Ese día de mayo hace tantos años, pude comprender una historia de Cliff y Arlene, una historia que había estado aprendiendo durante el año anterior con elles y otres miembros del grupo regional del norte de Indiana de los Equipos Cristianos de Acción por la Paz. Aprendí que yo tenía un lugar dentro de la comunidad.

Nuestro pequeño grupo estaba trastocando la historia de glorificación militar que todas las personas en esa ceremonia estaban comprando. Juntos desafiamos la lógica de los policías militares en la entrada de la base.

Cliff y Arlene son dos pacifistas y granjeres que han construido sus vidas completas alrededor de esta historia de pacifismo. Cliff publicó recientemente “Resurrection Peacemaking: Plowsharing the Tools of War: Thirty Years with Christian Peacemaker Teams”, texto en el cual comparte detalles minuciosos sobre el trabajo de la acción violenta no directa, desde una simple lluvia de ideas para planear una acción hasta recorrer de punta a punta la isla bombardeada de Vieques, Puerto Rico.

Las historias sobre el trabajo por la paz cobran vida cuando les permitimos que nos transformen. Para mí esto ha tomado la forma de 20 años participando en ECAP. Durante décadas he visto el poder de los equipos construyéndose sobre una historia de resistencia que siempre se está desarrollando en diálogo con constructores de la paz aliades alrededor del mundo. Como Cliff y Arlene, mi viaje como constructor de la paz me ha llevado a diversos lugares, desde una playa en Colombia hasta un campamento de guardianes del agua en el resguardo de Standing Rock.

El libro de Cliff me regresó al momento en que esta historia comenzó para mí, cerca de la casa de mi familia en Goshen, Indiana. Comenzó con unas cenas en la casa de Cliff y Arlene: una bodega de maíz transformada en una casa rodeada por varios acres cultivados como un jardín de vegetales. Comenzó sosteniendo pancartas y velas en vigilias por la paz que me enseñaron una canción diferente.

Una y otra vez he regresado a la finca de Arlene y Cliff a través de los años porque elles me enseñaron el poder de entregar tu vida a la valiente, vulnerable e improbable historia de la paz.

Aprendí de elles que esta vida puede ser vivida con una sonrisa y un destello en los ojos. Su audacia despertó algo en mí cuando era tan solo un adolescente y me sacó del camino convencional, nunca he vuelto a mirar atrás desde entonces.

¿Cómo se ve esa alegría audaz en tu caso? ¿Con qué comunidad te estás reuniendo para derrocar juntos la lógica del militarismo? ¿Cuál es la historia improbable de esperanza y justicia que están contando juntos?


Tim Nafziger (él) es un activista menonita que vive en la cuenca del río Ventura en el territorio histórico del pueblo Chumash en el Sur de California. Trabaja como consultor digital, desarrollador de páginas web, escritor y fotógrafo. Es un nerd de los juegos de mesa, ciencia ficción, conversaciones profundas y la facilitación de encuentros. Tim crece como persona con los intercambios de ideas, la construcción de relaciones y el trabajo en pequeños grupos para producir cambios sociales.  

Este artículo se publicó originalmente como parte de la serie el Costo de la Guerra de la Iglesia Menonita de los Estados Unidos. 

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