Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. – 1 Juan 4:20
Pedimos oración por nuestres socies, que nos han permitido caminar a su lado y ser testigos y testigas de sus luchas y sus resistencias, que nos han permitido experimentar sus dolores y esperanzas, y que con su tenacidad nos han infundido la valentía de acompañar las luchas en pro de un futuro digno para todes.
En el año 2001, ECAP comenzó a entretejer su historia con los movimientos sociales en la región del Magdalena Medio; una historia que ya se escribía a mano por miles de hombres y mujeres, casi siempre movidos y movidas por la ira que produce la injusticia y el ser víctimas de una guerra a la que han sido llevados y llevadas a fuego y sangre. En aquel momento Barrancabermeja estaba atravesada por una guerra entre las diferentes guerrillas, grupos paramilitares, el ejército y la policía, todos repartidos en distintos sectores de la ciudad ejerciendo control territorial y enfrentándose a los demás grupos para debilitar su control y tomar barrios completos.
Por lo largo de estos 20 años, como ECAP hemos sido invitados e invitadas a ser testigos y testigas de las voces sobrevivientes y resistentes a esos controles y a los métodos violentos que utilizaban los grupos armados para imponerse, a la crueldad que funcionaba como forma y método para silenciar las voces de quienes luchan de forma no violenta por la justicia.
Hoy damos gracias a Dios por nuestres socies quienes nos han invitado a sus casas, a sus tierras, a sus luchas, a sus vidas, nosotres somos sus invitades, somos sus amigues, somos sus hermanes, nosotres somos sus testigues.