Pedimos oración por las comunidades campesinas y mineras de la región del nordeste antioqueño. Estas veredas se encuentran sitiadas por las disidencias de las FARC, el ELN y las AGC, profundizado la crisis humanitaria en la región debido al fuerte control territorial que ejercen estos grupos sobre las poblaciones además de los continuos enfrentamientos que se dan en medio de una lucha por controlar el territorio.
En estas disputas las comunidades han sido víctimas, han sido desplazadas y han sufrido todo tipo de amenazas. Su capacidad de respuesta ha quedado vedada por las continuas amenazas por parte de los distintos grupos armados que presionan a las comunidades para que no denuncien la grave situación de la región.
El trabajo de organizaciones defensoras de los derechos humanos ha quedado relegada a resumir la situación de la region y a intentar sobrevivir a las amenzas e intentos de asesinato por parte de los distitintos grupos armados que ven en el trabajo de las organizaciones una amenaza para su control y posicionamiento en la region.
Uno de los últimos intentos de resistencia por parte de las organizaciones sociales ante la grave situación fue la creación de un campamento humanitario que permita visibilizar el nivel de riesgo y que llame la atención a las autoridades nacionales e internacionales sobre lo que está sucediendo. Como resultado, el 18 de agosto del 2022 un grupo armado secuestró a una lideresa del campamento humanitario, a su hija y a su esposo. El esposo fue torturado y asesinado mientras que ella y su hija lograron sobrevivir y fueron liberadas. Esta situación demuestra la cada vez más alarmante situación de la región.
