Desde ECAP Colombia pedimos oraciones y nos solidarizamos con niñas, niños y jóvenes víctimas de la guerra que vive nuestro país. En la búsqueda de la “paz total” es necesario crear mecanismos más eficaces que eviten la vinculación de la niñez y la juventud a la guerra. Desmilitarizar los territorios, las mentes, la vida, el campo, es ahora más necesario en un contexto donde la confrontación armada sigue incrementando.
A medida que esta se intensifica, se alejan más las posibilidades de crecer en un ambiente sano y con efectividad de derechos, principalmente para la población rural y con menos posibilidades de acceso a los recursos del estado.
Crecer en un país como Colombia no es fácil y menos para la niñez y la juventud, que se enfrenta constantemente a múltiples violaciones de sus derechos. For ejemplo, es preocupante como situaciones de las ‘Niñas indígenas y la militarización’—donde la militarización de sus vidas da como resultado la falta de derechos básicos, así como una mayor probabilidad de abuso. Estas realidades se repiten en todo el territorio nacional. Es por eso, por lo que como sujetos de especial atención deberían centrarse en la agenda de las políticas públicas, y principalmente evitar la vinculación de estos a la guerra.
El pasado 12 de febrero se conmemoró en Colombia el Día de las Manos Rojas: “21 años de la entrada en vigor del Protocolo Facultativo de la Convención de Derechos del Niño, relativo a la participación de niños en los conflictos armados.”
Así mismo, el 25 de abril, en un comunicado público “La Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia (COALICO), manifiesta su preocupación y hace un llamado urgente al Gobierno Nacional para que actúe coherentemente con sus obligaciones de protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes en el marco de conflicto armado.”
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) igualmente publicó una declaración conjunta donde refuerzan las peticiones al estado colombiano.