Las comunidades campesinas y mineras del nordeste antioqueño han venido expresado su preocupación ante el recrudecimiento de la violencia en su territorio, el aumento de los asesinatos, de los paros armados, de los bloqueos económicos, de la prohibición de entrada de combustible, de los retenes ilegales por parte de grupos paramilitares, del el histórico abandono estatal y de más dificultades que se imponen y se agudizan actualmente, y las cuales fueron las razones que llevó a la comunidad del corregimiento de Carrizal a declararse Refugio Humanitario Permanente.
Como ECAP Colombia, estuvimos acompañando la “Acción Humanitaria por la defensa y la protección comunitaria”, convocada por CAHUCOPANA, nuestra organización socia en el territorio, un espacio que convocó las voces de diferentes líderes y lideresas donde pudieron expresar sus preocupaciones y denuncias frente a las instituciones estatales y organismos internacionales que se acudieron al llamado.
La zozobra se impone como cruel realidad, y rompe la esperanza de paz por la que tanto han trabajado estas comunidades que por décadas han tenido que sobrevivir en medio del conflicto armado colombiano; bien lo dice un letrero puesto en el frente de una casa en Carrizal “Solo los que día a día ponen el hombro en el campo, saben que en horas se puede perder todo”.
Les pedimos unirse en oración y solidaridad con las comunidades del nordeste antioqueño, por la posibilidad de una salida negociada a este conflicto devastador de esperanzas, les pedimos orar por la vida y la integridad de quienes levantan su voz y siguen luchando por la defensa de la los Derechos Humanos, el territorio y la vida digna a pesar de este contexto tan desolador.