Las comunidades indígenas de los Montes Zagros y de Mesopotamia no construyeron sus comunidades en torno a las fronteras artificiales que han trazado y mantenido violentamente los estados-nación. Sus formas de vida no se atienen a las potencias coloniales regionales e internacionales, que practican políticas extractivistas, militaristas y genocidas para imponer su control y hegemonía sobre la tierra y sobre las comunidades de la tierra.
Cuando Se’îd Mûbarek Zêbarî y Araz Ferec Hacî fueron a la montaña Hewit Tebeqe, en Dinarte, para recoger hierbas primaverales, reafirmaron su profunda relación intemporal con la tierra, como siempre habían hecho su familia y sus antepasados. La amenaza de drones, jets y francotiradores turcos no impidió que sus dedos besaran unas Rêwas (ruibarbo de hojas verrugosas), Hendrêşe (Allium tripedale), raíces de Kingir (cardo lanza) y Şilêre (Fritillaria Kurdica). Cuando un jet turco les alcanzó y les quitó la vida a las 6:30 de la mañana del 8 de marzo del 2024, murieron estando en relación con la tierra, se hicieron uno con la tierra y ningún golpe rompería ese vínculo.
Resûl Yunisî y Ehmed Heyderî vinieron desde Mehabad, Irán, cruzando la frontera con el Kurdistán Iraquí para recoger hierbas silvestres, practicando los patrones de movimiento sin fronteras de sus antepasados y reafirmando la unidad de la tierra, a pesar de los guardias fronterizos y de los aviones y de los drones. El 28 de abril del 2024 fueron alcanzados y asesinados por aviones turcos. Tardaron varios días en recoger sus cuerpos de las montañas.
Oremos por las comunidades de los Montes Zagros, para que puedan practicar su relación con la tierra y para que sus comunidades divididas por fronteras coloniales, ¡no sean bombardeadas, golpeadas u hostigadas por bombas, drones y aviones turcos e iraníes!
¡Oremos por la libertad de las personas cosechadoras de primavera indígenas para que deambulen seguras por las montañas!