Es verano y les niñes están deseando terminar el colegio. Están esperando para irse de vacaciones a algún sitio con su familia y amistades. En vacaciones se divertirán, jugarán, reirán, comerán helados y se nadarán en mares, lagos y ríos. Así deberían ser los meses de verano para todes les niñes del mundo. Pero, lamentablemente, en este mundo en el cual vivimos, lleno de violencia, opresión y discriminación, los veranos no son así para todes les niñes. Desde octubre del 2023, en Palestina, les niñes han perdido un año entero de escuela. Han perdido a sus madres, a sus padres y a familias enteras, y cada día les han hecho pasar hambre y les han asesinado. En Siria, les niñes han crecido en medio de la guerra. En tantas otras partes del mundo, les niñes han sufrido tanta violencia, tanta explotación, y se ven en la obligación de desplazarse y a convertirse en personas refugiadas. Se les desplaza para que quizá puedan tener un futuro mejor, más brillante y glorioso. Para jugar de verdad, hacer amistades e ir a la escuela. Atraviesan una pesadilla, emprenden un arduo viaje y se enfrentan a muchos obstáculos para intentar encontrar un futuro mejor. Quieren escapar de los horrores provocados por el hombre, como la guerra, los desastres climáticos y la opresión económica, e ir a un lugar mejor donde puedan vivir en condiciones dignas. Pero, por desgracia, no pueden. No pueden, debido a las estrictas políticas fronterizas que impiden que estes niñes vivan. El destino de estes niñes está definido por las líneas arbitrarias trazadas en la arena y utilizadas para crear miedo y deshumanizar a las demás personas.
Oremos todes juntes para que cesen las opresiones de la guerra y la violencia de las fronteras en todo el mundo. Oremos para que les niñes de todo el mundo puedan jugar de verdad.