Al reflexionar sobre la reciente celebración de Newroz, el Año Nuevo Kurdo – símbolo de primavera y renovación – nosotres recordamos las vibrantes reuniones que tuvieron lugar en varias ciudades de Rojhalat, Kurdistán. A pesar de las presiones del gobierno, el espíritu de nuestro pueblo brilló con luz propia. Miles de personas kurdas se reunieron para celebrarlo con canciones y danzas tradicionales halparke, encarnando la resistencia y nuestra perdurable búsqueda de la libertad.
Newroz es tiempo de alegría y unidad, un poderoso testimonio de la fortaleza del pueblo kurdo contra la opresión. A través de la alegría de la danza, nos enfrentamos con valentía a un régimen que pretende robarnos nuestra felicidad e identidad. Para nosotres, el Halparke no es sólo un baile; es un acto pacífico de desafío contra el miedo y la oscuridad, simbolizando la vida y la liberación de diversas formas de encarcelamiento.
Conmemoramos el Newroz como una celebración de la luz que triunfa sobre la oscuridad, del calor que vence al frío del invierno y de la libertad que rompe las cadenas del confinamiento. Reunides en torno al fuego, bailamos hombro con hombro, en unidad por la esperanza y la determinación compartidas.
Nietzsche dijo que “hay más sabiduría en su cuerpo que en su filosofía más profunda”. Esto nos recuerda que la verdadera liberación comienza con la toma de conciencia de nuestro ser físico. En nuestra danza, cada parte de nuestro ser se armoniza, lo que nos permite experimentar una profunda unidad con nosotres mismes y con les demás. En esos momentos, nos despojamos del miedo al juzgamiento y abrazamos una sensación de ligereza y libertad.
Cuando los pies de la persona que baila tocan la tierra, simultáneamente alcanzan el cielo, desafiando a la propia gravedad. Qué lamentable es que un opresor crea que puede robar la libertad de un pueblo que se eleva hacia el cielo.
A medida que avanzamos en esta celebración, oremos para que continúe la fortaleza y la unidad entre nuestro pueblo. Que bailemos siempre con espíritu de libertad, esperanza y resiliencia, y que nuestros corazones siempre permanezcan con apertura a la luz que nos guía.