Los Equipos y Comunidades de Acción por la Paz condenan la detención de la Coordinadora de Canadá

Observadora de Derechos Humanos detenida por apoyar a Palestina
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Los Equipos y Comunidades de Acción por la Paz condenan la detención de nuestra coordinadora Rachelle Friesen en Canadá. El 30 de septiembre, Rachelle Friesen fue detenida por el Servicio de Policía de Toronto (TPS por sus siglas en inglés) en el Aeropuerto Internacional Pearson. Friesen se dirigía a EE. UU. para un breve viaje de visita a su colega. Su tiquete de vuelta era para el 2 de octubre. Fue detenida por participar presuntamente en acciones directas no violentas para exigir la responsabilidad de los fabricantes de armas por su participación en el genocidio del pueblo palestino.

Friesen fue detenida por las autoridades aduaneras estadounidenses en Pearson en virtud de una orden de detención que la policía de Toronto había emitido en julio pero que, infringiendo el procedimiento, no le había notificado ni había hecho ningún intento aparente por ejecutar. Todo ello a pesar de las innumerables ocasiones de las que dispuso y de conocer incluso dónde vive.

Creemos que su incriminación falsa y difamatoria que sugiere que Friesen estaba «huyendo del país» (una incriminación tomada y repetida acríticamente en varios de los medios de comunicación principales) es un intento de encubrir su incompetente y/o vengativo incumplimiento del debido proceso. No sólo condenamos esta incriminación y la manipulación de la Policía de Toronto, la falta de comunicación del TPS en torno a la orden de Friesen es parte de un patrón de acoso selectivo.

Este no es el primer caso de acoso del TPS, en mayo llevó a cabo una orden de registro en la casa de Friesen. A pesar de la orden de registro, el TPS dijo que no había orden de detención. Los objetos que la policía registró para decomisar en mayo eran prendas de vestir, aretes, una kufiya y pancartas políticas. El registro y el decomiso de material de protesta, incluido la kufiya, es un claro ejemplo del deseo del Estado de inducir miedo entre quienes apoyan a Palestina. Sin embargo, sabemos que la exigencia y la determinación de detener el genocidio son más fuertes que el miedo que el Estado pretende inducir.

Millones de personas en todo el mundo han salido a las calles para rechazar la agresión israelí a las personas palestinas de Gaza, que han soportado 360 días de genocidio que ha causado directa e indirectamente la muerte de unos 200.000 civiles. Al mismo tiempo, Israel mantiene actualmente a 9.300 personas palestinas detenidas en cárceles israelíes, 3.424 de las cuales son rehenes bajo detención administrativa sin cargos, y 250 de las cuales son menores de edad.

La detención de Friesen llega en un momento de una tendencia global cada vez más preocupante de criminalización estatal y represión por parte de fuerzas de orden público de personas en solidaridad con la liberación palestina del apartheid israelí y del genocidio. En toda Norteamérica y Europa, la policía ha irrumpido violentamente en campamentos estudiantiles, ha clausurado y prohibido manifestaciones, y ha perseguido y detenido a organizadores. Friesen forma parte de una comunidad de personas de Toronto criminalizadas por defender la liberación de Palestina. Sólo en Toronto, la policía ha detenido a 91 personas por su presunta participación en acciones que llamaban la atención sobre el genocidio de las personas palestinas, y al menos a 16 de ellas ya se les han retirado los cargos. La libertad de expresión y el derecho a protestar son pilares de la democracia, y ECAP condena esta violación de los derechos de quienes son testigos de los horrores del genocidio.

Sabemos, por nuestro trabajo con defensores y defensoras de los derechos humanos de todo el mundo, como en Kurdistán Iraquí, Colombia, Palestina, Lesbos en Grecia y en Isla Tortuga, que la represión policial surge cuando el Estado teme que se cuestionen sus estructuras opresivas. También sabemos que, a pesar de la represión, la gente seguirá exigiendo justicia sin miedo.

ECAP forma parte de un movimiento global para transformar la violencia desmantelando los sistemas de opresión a través de la no violencia creativa, trabajo de apoyo y el acompañamiento. Como parte integrante de ECAP, el trabajo de Friesen contribuye a nuestro objetivo crucial de solidaridad interseccional, que conecta los movimientos anticoloniales de solidaridad indígena, justicia en materia de vivienda, abolición de las prisiones y de la policía, desmilitarización y, por supuesto, liberación de Palestina. En ECAP apoyamos inequívocamente los esfuerzos de nuestra colega para hacer frente a estos sistemas de opresión, y específicamente en este momento para que el gobierno canadiense rinda cuentas por su complicidad en el genocidio contra el pueblo palestino.

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