“Se sacrifican por todas las personas docentes, por los derechos de todos(as)”

Les profesores y personas funcionarias de Sulemani están en huelga de hambre por los salarios impagados.
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A crowd gathers outside UN headquarters

El 28 de enero, 12 profesores y personas empleadas del gobierno iniciaron una huelga de hambre frente a la sede de la ONU en Sulemani. Hace dos meses no reciben su pago, una situación desgraciadamente habitual entre las personas empleadas públicas de la región kurda de Irak. Pero esta vez estas personas huelguistas de hambre están decididas a solucionar el problema, y mucho más.

El equipo llegó a la huelga de hambre el domingo 2 de febrero, seis días después de su inicio. En el lugar se ha levantado una larga tienda de campaña, con 12 camas en su interior para las personas huelguistas de hambre. Varios cientos de personas se reúnen dentro y alrededor de la tienda de campaña. Es una multitud heterogénea: amistades, familiares y otras personas simpatizantes; personas en el liderazgo religioso y de medios de comunicación.

El interior de la tienda está abarrotado. Las personas huelguistas de hambre apenas tendrían tiempo para comer entre tantas personas visitantes. Un mulá está diciendo una oración. Una mujer reparte rosas. Un hombre canta una canción en solidaridad. En un rincón, alguien prepara tazas de café y las pone en las manos de las numerosas personas visitantes. Hablamos con cinco de las personas huelguistas de hambre: Dilshad Baban, Hadi Hama Rashid, Sangar Mahdi, Pakiza Hama Ameen y Mohammed Rasul Mohammed.

Justo cuando llegamos, una persona en huelga de hambre es trasladada a una ambulancia. Antes de que nos vayamos, otra persona le seguirá. Pero aún así, la determinación y el ánimo son altos. Pakiza Hama Ameen nos dice: “Hay dos tipos de comida: la que alimenta el cuerpo y la que alimenta el alma. Hemos estado alimentando nuestras almas”.

La huelga de hambre ya ha tenido una duración de seis días, pero la cuestión política es mucho más antigua. Desde febrero del 2014, las personas empleadas públicas han tenido 21 meses en los cuales no les han pagado salario alguno, y otros 47 en los que se les ha pagado menos.

Hadi Hama Rashid declaró: “Llevamos diez años protestando, pidiendo nuestros derechos. Hemos utilizado diferentes tácticas, pero hasta ahora no han tenido éxito. Así que estamos escalando con la huelga de hambre”.

Pakiza declaró: “Queremos nuestros salarios, pero no se trata sólo del salario. Se trata de nuestro honor, que ha sido insultado y de la corrupción del gobierno que ha visto cómo nos robaban nuestros salarios.”

Estos salarios han sido un problema político constante en el Kurdistán Iraquí. El gobierno central iraquí era el responsable de pagar los salarios, pero cuando el gobierno regional kurdo se negó a pagar los ingresos del petróleo al gobierno central, éste respondió dejando de pagar los salarios. Sangar nos dijo que “los gobiernos no deberían jugar con el destino de la gente en juegos políticos. Sabemos que este país es rico en recursos. Nuestro salario es nuestro derecho, no un favor que elles nos hacen”.

Son sobre todo les profesores quienes emprenden esta acción, pero no lo hacen sólo para beneficio de su profesión”. Dilshad Baban afirma que “todas las personas empleadas públicas se ven afectadas, pero les profesores somos las personas peor pagadas, por lo que nos afecta más”. Pero, continúa Dilshad, para él se trata de toda la sociedad. “La crisis financiera está afectando a todo el mundo. Los matrimonios se resienten del estrés financiero, los padres y las madres ya no pueden permitirse la escolarización de sus hijes. La identidad nacional como personas kurdas también se ve afectada. Les niñes se desconectan de la escuela por todas las huelgas y protestas que tenemos que hacer les profesores, y cuando se desconectan corren más riesgo de participar en actos violentos o unirse a grupos extremistas.”

El violento pasado de la región pesa mucho sobre las personas huelguistas de hambre. Pakiza nos dijo: “Estoy atrapado entre dos decisiones difíciles. Soy demasiado viejo para hacer esto, pero tengo que elegir entre que mi hijo luche por el cambio con una pistola o que yo utilice esta vía no violenta”.

Tras décadas de guerra y ahora diez años de lucha por el derecho básico a cobrar por su trabajo, la esperanza puede ser difícil de encontrar. Pero la esperanza tiene la costumbre de surgir incluso en las peores circunstancias, y las personas huelguistas de hambre se aferran a un recuerdo de su propia historia. Hadi nos habló de la huelga general de 1991, parte del levantamiento kurdo. “Condujo a la liberación de muchas personas que eran presas políticas de Bagdad y, a la imposición de una zona de exclusión aérea sobre el Kurdistán. Esperamos que, como entonces, se nos una más gente”.

Parece que, en este poco tiempo, la huelga de hambre ha tenido cierto éxito. El número de personas simpatizantes era abrumador. Hablamos con una de ellas, la profesora Begard Majid. Con lágrimas en los ojos, dijo: “Elles se están sacrificando por todes les profesores; por los derechos de todes”. Según las noticias, una delegación del gobierno kurdo ha solicitado una reunión con Bagdad para discutir los acuerdos presupuestarios.

Es un recordatorio del impacto que puede tener una acción poderosa, creativa y valiente. Al marcharnos, Pakiza nos dijo: “No nos detendremos hasta conseguir un sistema justo de pago de nuestros salarios, hasta que nos devuelvan nuestro honor y el dinero que nos han robado”. Y ella lo dice en serio. Después de que nos marchamos, nos informaron de que Pakiza es la tercera huelguista de hambre que fue llevada al hospital ese día.

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