por Rey Lopez
(Nota: Con el apoyo del equipo regional
Cristiano de Acción por la Paz de Filipinas, ECAPer Rey Lopez viajó a Tailandia
como observador de paz, para documentar el actuar del movimiento de no
violencia Camisetas Rojas en Bangkok. Sus cartas han sido editadas por su largo
y claridad)
7 de Junio, 2010
Mis queridos amigos Tailandeses,
Recientemente tomé unas vacaciones de diez
días en una provincia Filipina en donde El Nuevo Ejército de la Gente (NPA) tiene
una presencia significativa, alrededor de la cadena de Sierra Madre. La cadena
de montañas sirve de refugio y base segura para los activistas filipinos
trabajando en áreas filipinas urbanas, en uniones de comercio, comunidades
pobres urbanas, o sectores de mujeres, juventud, tribus minoritarias y
pescadores. Ellos buscan refugio en Sierra Madre, siempre que la organización
legal de las zonas urbanas blancas comienza a ser peligrosa.
Últimamente he estado meditando en el
movimiento de no violencia de Tailandia. Cuando el liderazgo completo del
Frente Unido para la Democracia se rindió pacíficamente en contra de la
dictadura ( UDD) a las autoridades Tailandeses, eso fue no violencia en la
forma mas grande, hablando de la responsabilidad por la causa en la que uno
cree, en lugar de escaparse al campo o al extranjero y dejar a las personas
para una matanza. El grupo de Camisetas Rojas pudo asegurar su superioridad
moral a la bestia. Al mismo tiempo, dejó huérfana a la masa completa del
movimiento. Pero, no por mucho tiempo, cuando sea que dos o tres personas están
reunidas en el nombre del Señor de Liberación, hay una semilla de liberación en
medio de ellos.
Hay lecciones que aprender de los sesenta días
de batalla en Bangkok. Una lección es que la formación masiva de activistas en
no-violencia puede desarmar a la gran bestia. Yo pensé, en un momento crítico
el 10 de Abril, que el ejército y la policía negarían completamente la línea de comando, pero eso no
sucedió.
Una segunda lección es que, cuando el ejercito
Tailandés comenzó a disparar dentro del centro de Bangkok, no hubo ajuste
correspondiente en la estrategia de no violencia por parte del liderazgo de las
Camisetas Rojas. Yo creo que deberían haberse ajustado a la nueva situación
dispersando sus fuerzas organizadas en el campo donde la superficie y las
organizaciones de allí los hubieran ayudado. El liderazgo UDD no debería haber
desperdiciado los valorados recursos y poder humano en un área en la que no
podían mantenerse por mucho tiempo, el centro de Bangkok. Un movimiento masivo
no violento trata de influir en las masas organizadas para el bien común y no
para mantener un territorio específico.
Me gustaría repetir lo que gritó un
ciclista Tailandés de Camisetas Rojas cuando volvía a su hogar luego de la
batalla de Bangkok a un camión lleno de soldados tailandeses, “Los veo en
Songkran (el Año Nuevo Tailandés) en Bangkok”.
Sí, por cierto, el sufrimiento Tailandés
continúa. Las Camisetas Rojas volverán a reclamar el derecho a su lugar bajo el
sol Tailandés como personas libres. “Porque debajo de cada pecho Tailandés
palpita un corazón rojo” buscando ser liberado del remanente del feudalismo
Tailandés.
Todo el mundo tendrá que aprender las
lecciones importantes de los movimientos no violentos de las Camisetas Rojas
Tailandesas, lo positivo y lo negativo. Puedo solo imaginarme que la estación
CIA en Bangkok debe estar muy ocupada en estos últimos meses y continuará
tratando de descubrir como contener las consecuencias sociales de los
movimientos sociales de Camisetas Rojas, no solo en Tailandia sino en todo el
continente Asiático.
Shalom,
Reynaldo C. Lopez