RedECAP
Mayo 26 de 2015
NIGERIA: Familia de la Iglesia de
los Hermanos de Nigeria se preocupa por cincuenta y dos personas desplazadas
por Boko Haram
Por Peggy Gish
[Nota:
ECAPer@ Peggy Gish ha estado trabajando en el equipo de crisis para la Iglesia
de los Hermanos en Nigeria. Esta reflexión ha sido adaptada para redECAP. El
original está disponible en su sitio web.]
Esta mañana la habitación
parecía como cualquier otra sala de estar, limpia y ordenada; sin embargo por la noche, Janata dijo que
estaba llena de mujeres y niños durmiendo en colchonetas. Los niños mayores
duermen afuera en la parte posterior del patio cercado, y la mayoría de los hombres duermen al aire libre bajo los árboles, y cerca de otros
edificios en la sede de EYN (Iglesia de los Hermanos de Nigeria) en Jos. Janata
Gamache y su esposo Marcos, actualmente cuidan en su casa a cincuenta y dos
hombres, mujeres y niños desplazados por la violencia de Boko Haram.
Un gran número de Familias y de
personas desplazadas comenzaron a llegar a Jos y a otras zonas más seguras de
Nigeria en Agosto y Septiembre de 2014, cuando Boko Haram ataco a las
comunidades en el noreste del estado de Borno. Este número aumentó después de que
Boko Haram comenzara a aterrorizar las áreas del norte del estado de Adamawa,
incluyendo la sede de EYN cerca de Mubi, en el otoño de 2014 y principios de
2015. Cuando les fue posible, las personas desplazadas se fueron a vivir con sus
parientes. Miles terminaron en campos de desplazados, donde las personas que
eran independientes comenzaron a sentirse dependientes e impotentes. Otros
desplazados acamparon afuera de los edificios de la iglesia. Pero muchas
familias de EYN, como los Gamaches, les abrieron sus puertas. Con el tiempo,
las familias de acogida y las congregaciones ayudaron a algunos de ellos a
alquilar viviendas temporales en la zona. EYN también ha comprado tierras cerca
de las ciudades de Jos y Abuja, donde están construyendo casas temporales para
alojamiento adicional.
En la casa de Janata, se
cocina para todos en el patio trasero, gran parte de la comida en grandes ollas
que descansan sobre piedras a fuego de leña. Todos los invitados ayudan a
cocinar, con las compras, la limpieza, con las reparaciones del hogar y en el
cuidado de las aves de corral que es el negocio de la familia; aunque Janata organiza y verifica que todo se
haga bien.
«Por supuesto,
el trabajo ha aumentado» dijo, con el cansancio que muestra en su voz y en
sus ojos. «Tenemos que lavar y desinfectar la alfombra, el baño y otras
áreas con mayor frecuencia para prevenir enfermedades.» La compra de
grandes cantidades de cosas a un precio más económico, y compartir un solo baño
con todas estas personas, es muy difícil. Los Gamaches reciben algunos fondos y
suministros de socorro de la iglesia, donaciones privadas y de otras
organizaciones no gubernamentales, pero lo que estas ayudas no cubren, lo deben
suministrar de los recursos de la familia.
«Con diecisiete niños
aquí, es difícil darle la atención que quiero a mis tres hijos que todavía
están en casa», dijo. Afortunadamente durante el día, la mayoría de los
niños están en la escuela, y algunos de los adultos han encontrado trabajo a
tiempo parcial. «Cuando se pone demasiado ruidoso por las noches, salgo a
la calle para poder tener un momento de
tranquilidad.
Como algunas
de las áreas del noreste están cada vez más estables, las personas han comenzado
a regresar a algunas de sus comunidades, Janata prevé en su casa una reducción
gradual en los números. Pero ella no espera tener su propio espacio para su
familia muy pronto. «No hemos sido capaces de cerrar nuestro corazón a los
necesitados», dijo Janata. «Es nuestra costumbre en Nigeria, pero lo
más importante, es lo que nuestra fe nos pide; atender a las personas que han
perdido sus hogares y familiares y no tienen nada. Y Dios es nuestra principal
fuente de ayuda y fortaleza”.