redECAP
31 de Octubre 2015
COLOMBIA: Disparos en El Guayabo
El día de hoy, Eric Payares, líder del proceso del Guayabo junto con tres otros miembros de la comunidad escuchó disparos procedentes de la dirección de la parcela vecina actualmente ocupada por hombres armados que trabajan para Rodrigo Henao.
“Nos están atacando de nuevo,” Payares dijo “esta vez nos hicieron tiros.” En el último año desde eldesalojo del 29 de octubre de 2014, este parcela de cinco hectáreas ha sido un lugar de continuos ataques. Hace dos días, al igual que numerosas ocasiones anteriores la cerca que de Payares fue cortada por los hombres de Henao y el ganado permitido a entrar y pastar en cultivos de Payares.
Henao afirma que la comunidad desplazó su padre con la ayuda de la guerrilla en los años 80, alegando ser víctima a través de la ley de víctimas, exigiendo que se le devuelva la tierra. La comunidad ha demostrado que no han tenido vínculos con grupos armados y reclama la propiedad a través de la ocupación y uso de la tierra por más de veinticinco años, después de que el padre de Henao, Octavio Henao, abandonó la tierra debido a una deuda sin pagar. Este es el segundo intento de Henao en reclamar la propiedad. En la década de 2000 llegó acompañado por el notorio Bloque Central Bolívar, del grupo paramilitar ahora desmovilizado de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) amenazando y exigiendo a la comunidad a abandonar su tierra. Esta paradoja azota las recientes leyes de víctimas y restitución de tierras, escritaspara llevar reparación a las víctimas del conflicto, además de los asesinatos y amenazas de muerte ha enviado una advertencia frío a activistas de derechos por la tierra y personas que resisten ser desplazadas y que reclaman la permanencia en la tierra.
La Policía de Puerto Wilches, la capital municipal dijo que eran incapaces de responder y en su lugar pidió a la comunidad abandonar la zona. Hace diez meses, la Defensoría del Pueblo, dictó una Temprana Alerta, un sistema que ordena las autoridades local responder inmediatamente debido a un riesgo elevado en la zona. La amarga ironía sin embargo, radica en el acompañamiento de la policía de Henao para todos los viajes oficiales a Guayabo.
La fuerza de la comunidad se encuentra en su capacidad de organizarse. El resultado de la constante necesidad de defender su territorio – no sólo contra los ataques de los hombres de Henao, sino también de una respuesta sesgada por la policía y los militares – han recurrido a acciones públicas no violentas.
Inmediatamente después de que los disparos sonaron, los miembros de la comunidad se congregaron en la parcela de Payares llegando en motocicletas y caballos.