30 de julio, 2020
Por N.U.
«La nueva frontera necropolítica* se ha desplazado desde la costa de Grecia hacia la puerta de su casa. Lesbos ahora comienza en la puerta de su casa. Y la frontera se tensa continuamente alrededor suyo, empujándo cada vez más cerca de su cuerpo». – Pablo. B. Preciado
¿Cuál es el significado de vivir en una isla fronteriza y cuánto se expandió este significado durante el período de cuarentena? El 2020 tuvo un inicio difícil para la Isla de Lesbos. A medida que las condiciones en el campamento de Moria incontrolablemente empeoraban, los obstáculos se hicieron difíciles de superar entre les residentes de la isla, les migrantes y les activistas solidaries. La auto-organización y las manifestaciones entre les migrantes se han vuelto más frecuentes que nunca. Los ataques racistas aumentaron rápidamente y muchos se aterrorizaron. Representantes de partidos de derecha y personas miembros de grupos de extrema derecha de diferentes países de Europa querían venir a la isla para intervenir en la situación, pero el grupo antifascista de la isla los envió de regreso con un claro mensaje.
Luego, las noticias de la epidemia comenzaron a extenderse por todo el mundo y el COVID-19 llegó a la isla a principios de Marzo. Llegó a Lesbos con una mujer griega que había regresado de la tierra santa; no, como todes temían y predijeron, de les inmigrantes. Luego ingresaron dos casos más, esta vez con una pareja que regresaba de sus vacaciones en Tailandia. Afortunadamente, al coronavirus no le gustó la isla o el campamento de Moria. Lo que más temíamos no sucedió. Al final, después de un total de seis casos y una pérdida de vida, el coronavirus fue atrapado en uno de los fuertes vientos de la isla y se fue a lugares desconocidos.
El coronavirus hizo que las fronteras que eran invisibles para las personas privilegiadas, de repente fueran visibles para todas las personas: la frontera entre la isla de Lesbos y la Grecia continental, que les occidentales podían cruzar fácilmente; las fronteras entre los países Schengen**; la frontera entre Turquía y Grecia en la cual muchas personas murieron cruzando pero las personas privilegiadas podrían cruzar de forma segura con un boleto de 10 euros. Durante la cuarentena, todes experimentaron estar atrapades en la isla juntes. Un amigo Suizo me dijo que por primera vez, él sintió que su pasaporte no le daba la libertad de viajar y que extraño era este sentimiento. Por primera vez, yo, que había tratado con visas y fronteras durante toda mi vida, sentí la imposibilidad de llegar a mis seres querides en mi país, el cual veía todos los días frente a mí, al otro lado de la frontera, en Turquía.
Entonces, ¿nos iguala la visibilidad de las fronteras? Por supuesto no. Aquelles que tienen dificultades para obtener agua para lavarse las manos, si por alguna casualidad encuentran algo de jabón; quienes esperan durante horas en las filas de comida del campamento de Moria en grandes multitudes mientras las advertencias de distanciamiento social se repiten en todo el mundo; quienes no tienen el derecho a beneficiarse de la atención médica más básica; les que sus entrevistas de asilo son pospuestas para fechas desconocidas; las personas presas en huelga de hambre «previo a la expulsión» del centro detención de Moria les que fueron reprimides por la brutal fuerza policial o las personas recién llegadas a la isla que fueron puestas en cuarentena no durante 14 días sino que de forma indeterminada, les que durante más de un mes, a veces bajo la lluvia, fueron retenides en las playas, sin carpas, incluso sin un campamento… ¿esta pandemia les trajo la igualdad?
Aunque parece que por ahora, nos escapamos sin incidentes, los días estuvieron llenos de precariedad, miedo y paranoia, con migrantes encerrades en el campamento durante el período de cuarentena. La respuesta del gobierno al Covid-19 ha creado las condiciones de un campamento de migrantes cerrado en la isla, que había propuesto y pospuesto constantemente, y ahora ha actuado sobre su deseo de mantenerlo. Convertir el campamento en un centro de detención que les migrantes no pueden abandonar siempre ha sido un deseo del gobierno para poder imponer disciplina y control. La pandemia ha creado las bases para permitir que el sistema encierre cuerpos no deseados, y los pasos que está dando ahora, está brindando señales de que el campamento de Moria permanecerá cerrado de ahora en adelante.
Si el virus es extranjero y «otro» por definición, los días recientes nos han hecho cuestionar algunas cosas. ¿Qué persona forastera está en peligro? ¿Qué es una persona forastera? La persona forastera que se cree que está al otro lado de la frontera se ha infiltrado en todas partes, y nosotres no sabemos si está ahí o no. A diferencia de la persona forastera migrante, que aparecerá aun incluso si intenta hacerle invisible, esta persona forastera es invisible incluso si usted quiere verle. Tal vez incluso en el aire que acaba de respirar, o instalándose en usted. Aquí, a diferencia de las personas forasteras que hizo invisibles, le capturó con su invisibilidad. Fue su mayor miedo.
Las «personas forasteras» que no son aceptadas en la sociedad occidental, les trabajadores que se ven obligades a trabajar durante el período de cuarentena, las personas que no tienen un hogar mientras que los hashtags nos piden que nos quedemos en casa, se levantarán contra les que no les dan valor y les sacrificaran a un virus. Preciado, tiene razón. Como oprimides, para sobrevivir en esta sociedad, es hora de aprender del coronavirus y mutar. Nadie acepta que estas condiciones continuarán. Las demostraciones auto-organizadas en Moria durante el período de cierre por emergencia son prueba de ello.
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* La Necropolítica es el uso del poder social y político para dictar cómo pueden vivir algunas personas y cómo deben morir algunas. El término fue utilizado por primera vez por el filósofo camerunés, Achille Mbembe.
** Los Países Schengen son países de la Unión Europea que no requieren pasaportes para cruzar sus fronteras mutuas.