22 de septiembre 2020
por SME
A pesar de que los incendios han destruido el campamento de Moria, las estructuras de injusticia que sostienen este notorio infierno no han dejado de existir. Toda la violencia y la desesperación se han vuelto más evidentes en las áreas circundantes. Las tensiones de todos los lados posibles e improbables se desbordan y las víctimas más inmediatas son las más débiles y vulnerables.
En las últimas 48 horas, ha habido numerosas protestas de migrantes, algunas de ellas pacíficas y otras no, con las fuerzas policiales haciendo un uso extensivo de gases lacrimógenos en una multitud que incluía familias y niñes. Su demanda es sólo una: «queremos salir de aquí».
Las autoridades están construyendo un nuevo campamento temporal en el área de ‘Kara Tepe’ para atender las necesidades inmediatas de vivienda, alimentación y atención médica. Les migrantes tienen miedo de ingresar al campamento temporal y muches de elles prefieren quedarse en la carretera con la esperanza de poder irse. Le temen al nuevo campamento por varias razones, temen que vuelva a arder, temen que permanezcan encarcelades durante meses o años como en Moria, y temen que el Estado Griego les deporte en el futuro. Y son muy conscientes de que no hay garantías de que estos temores no se conviertan en realidad.
La opinión pública en Lesbos también está polarmente dividida y ha caído en una tensión bélica. Nadie quiere un nuevo centro de detención porque todas las personas temen que se convierta en otro Moria. Las personas vigilantes de la extrema derecha están atacando a les inmigrantes y a las organizaciones que se solidarizan con elles en cada oportunidad, a menudo con la ayuda de la policía.
El 11 de Septiembre, personas antifascistas marcharon desde Mitilene hasta ‘Kara Tepe’, con el lema «no más Moria» y «solidaridad con las personas migrantes». Sin provocación, la policía atacó la manifestación pacífica con gases lacrimógenos y con granadas de destello de sonido, golpeando a muches manifestantes. En un intento por escapar de la policía, un grupo de manifestantes corrió a las calles de Mitilene, donde los extremistas locales de derecha también les atacaron.
El estado ha respondido trayendo más policías, vehículos blindados y cañones de agua a la isla. Todo parece guerra. En los próximos días, las organizaciones y les migrantes esperan que la policía continúe la violencia, encerrándoles a la fuerza en el centro de detención temporal y respondiendo violentamente a cualquier lugareño que se oponga a la construcción de un nuevo centro de detención en otra parte de la isla.