Es difícil ser optimista acerca de la frontera entre Estados Unidos y México que se encuentra aún cerrada en Douglas, Arizona/Agua Prieta, Sonora. Claro, el trabajo de organizaciones y personas voluntarias que satisfacen las necesidades de les migrantes ha sido heroico. Pero la difícil situación de las propias personas migrantes—ya sean las que regresaron a México con ampollas en los pies y ropa inadecuada o las que han estado esperando en el refugio durante más de un año para solicitar asilo en el Puerto de Entrada de Estados Unidos—ofrece poco para celebrar.
Sin embargo, hace menos de dos semanas, esa historia cambió para dos mujeres del sur de México, cada una con un hijo pequeño. Una persona abogada de inmigración en Nogales, Sonora, escuchó sobre estas mujeres que han estado en Agua Prieta desde principios de 2020. Esa persona presentó su caso a personas funcionarias estadounidenses que les concedieron a las mujeres, la entrada a Estados Unidos para solicitar asilo ante un tribunal de inmigración estadounidense. Cada una de las mujeres y sus hijos ahora esperan sus citas en la corte con parientes en los Estados Unidos, una en California y otra en Oklahoma.
- Demos gracias porque estas mujeres ahora han completado otro paso en su viaje.
- Recordemos su valentía y su resistencia en cada paso del camino.
- Oremos por todas las personas que les han ayudado: personas trabajadoras humanitarias, personas voluntarias, las personas en el refugio para migrantes y las personas que facilitaron su entrada a los Estados Unidos. Demos gracias por su compasión, resistencia y dedicación.
- Oremos para que un día, en el futuro cercano, la frontera se vuelva a abrir y las personas puedan solicitar asilo nuevamente y ya no vivan en peligro.