En palabras de Murray Sinclair, antiguo miembro del Senado canadiense y Director de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de las Escuelas Residenciales Indígenas (2009-2015):
“La reconciliación requiere reconocimiento, aceptación, disculpas, acción y respeto.”
La reconciliación requiere:
El pueblo indígena Tk’emlúps te Secwépemc anunció el 27 de mayo que los cuerpos de 215 niñes habían sido descubiertes en una fosa común en una escuela residencial administrada por la Iglesia Católica en Kamloops, British Columbia.
Los obispos de la Iglesia Católica nunca habían presentado disculpas por el papel que jugó la Iglesia administrando estas escuelas.
Reconocimiento
De manera que nosotres -católiques, cristianes, gente de diferentes creencias y no creyentes, miembros de ECAP, todes firmantes de los tratados- nos reunimos cada semana frente a la residencia oficial del Cardenal Arzobispo Collins con la misma petición y demanda: presenten disculpas ya.
Aceptación
Cada noche, domingo tras domingo. Nosotres veníamos con velas, cintas funerarias en los brazos, orábamos, dejábamos notas y afiches, y leíamos los nombres que han logrado identificar de les niñes muertes en las escuelas residenciales. A excepción de un email, la respuesta fue el silencio. Una de las manifestantes escribió con tiza sobre el andén frente a la casa del Arzobispo: “Palabras – Acción = Cero”.
Disculpas
El 24 de septiembre, después de décadas de reclamos, finalmente llegó una disculpa. “Nosotros, los Obispos Católicos de Canadá, expresamos nuestro más profundo arrepentimiento y nos disculpamos incondicionalmente.”
Acción Acción
En sus disculpas, el Cardenal Arzobispo prometió:
- Conseguir dinero para apoyar las iniciativas de sanación y reconciliación.
- Colaborar con y escuchar a los pueblos indígenas.
- Educar a les católiques.
- Compartir archivos para ayudar a señalar las tumbas sin nombre de les niñes.
- Buscar una disculpa papal.
Respeto Respeto Respeto
Nosotres nos reunimos de nuevo el 29 de septiembre, la noche anterior al Día Nacional de Canadá para la Verdad y la Reconciliación, para reconocer con solemnidad esta disculpa tan esperada y para invitar a los obispos para que hicieran que esta disculpa fuera auténtica a través del sentimiento, la persistencia y la colaboración activa en el largo plazo.
Disculpa + Acción = Reconciliación.
Todes somos firmantes de los tratados.