Hemos entrado en un nuevo mes. Las vacaciones de verano han terminado y la vida cotidiana ha vuelto a la normalidad. Pero no todas las personas se fueron de vacaciones este verano; algunas nunca lo hacen. Tampoco pueden establecer sus rutinas «diarias»—como hacen algunas—cada septiembre. Las personas están atrapadas en las fronteras de la UE, en centros de detención cerrados o en las islas griegas porque alguien con poder e influencia ha decidido que son personas ilegales. Deciden con un giro de un bolígrafo sobre un papel que las personas en circulación pueden ser etiquetadas y controladas, golpeadas y eliminadas. Las personas migrantes solo intentan crear una nueva vida lejos de la guerra, el peligro y la inseguridad, pero unas pocas elegidas no se lo permiten.
Oramos por todas aquellas que están ejerciendo su derecho humano a la circulación, la seguridad y la protección, a pesar del trato deshumanizante que les espera. Nosostres, como ECAP-Solidaridad con Migrantes en la Región Egea, oponemos a todas las formas de explotación y opresión para que juntes podamos esforzarnos por una vida mejor.