Nuestros movimientos [organizaciones] en sí mismos tienen que ser sanados, o no tienen sentido. —Cara Page
‘Community Peacemaker Teams’ (Equipos y Comunidades de Acción por la Paz) ‘CPT’ (ECAP), originalmente ‘Christian Peacemaker Teams’ (Equipos Cristianos de Acción por la Paz) trabaja en áreas de conflicto alrededor del mundo, en solidaridad con aquellas personas que son objeto de violencia y opresión. ECAP fue fundada hace treinta y cinco años por Anabautistas y otras iglesias de paz que escucharon el llamado de Jesús a trabajar activamente por la paz con el mismo rigor con el que les militares han propugnado la guerra. ECAP se compromete a construir asociaciones para transformar la violencia y la opresión en lugares como el Kurdistán Iraquí, Colombia, Palestina, la frontera entre EE. UU. y México, la tierra de las Primeras Naciones en Canadá/Isla Tortuga y Grecia.
Debido a que las medidas para la pandemia del COVID-19 cerraron las fronteras y detuvieron los viajes internacionales, ECAP, como organización internacional, hizo una pausa para discernir la mejor manera de continuar o re-imaginar el trabajo de acompañamiento a las comunidades que estaban bajo amenaza de violencia. Muchas partes del mundo entraron en una serie de bloqueos, y las fuerzas violentas y opresivas capitalizaron las medidas pandémicas para encubrir el aumento de sus actos violentos contra las personas con las cuales nos asociamos. Para el verano del 2020, a pesar de que parte de nuestro personal no le fue posible viajar para reunirse con sus equipos, pudimos reanudar el trabajo de ECAP en el terreno. En Palestina, por ejemplo, nuestro equipo reinició el acompañamiento físico y la presencia con un equipo totalmente conformado por personas Palestinas, siendo esta la primera vez en los veinticinco años que ECAP ha trabajado en Al-Khalil/Hebrón en Cisjordania.
Incluso en tiempos previos a la pandemia, aquelles de nosotres que trabajábamos con ECAP regularmente, nos encontrábamos con la opresión sistémica mientras escuchábamos las historias de aquellas personas que eran víctimas de la violencia y apoyábamos su resistencia no-violenta. Reconociendo el impacto de estas experiencias en el personal, la Coordinadora de Deshaciendo el Racismo de ECAP, Sylvia Morrison, junto con otras personas en ECAP, comenzaron el trabajo de ayudarnos a convertirnos en una organización que responde al trauma. Esto significó comprender que nuestro trabajo puede ser traumatizante y que es necesario tratar de evitar que ese trauma se atasque, se acumule y tenga un impacto negativo en nosotres.
Con el tiempo, hemos construido estructuras para apoyar el bienestar de les integrantes de ECAP, usando el marco de Justicia Curativa para sostenernos, a largo plazo, como comunidad y como personas individuales. La práctica de Justicia Curativa surgió de los movimientos sociales del sur de los Estados Unidos por la justicia racial y, Cara Page y el ‘Kindred Southern Healing Justice Collective’ la definen de la siguiente manera:
La Justicia Curativa es la práctica de re-imaginar la completitud en la intersección del trauma intergeneracional, las estructuras actuales de opresión y un futuro generativo y co-creado. Sostenemos que la alegría y el placer crean la posibilidad de estar en una relación correcta con nosotres mismes, con las demás personas y con la tierra. Nos esforzamos por desmitificar la medicina y la sanación, y hacerlas accesibles para todas las personas. Creemos que cada persona es experta en su propia experiencia, cuerpo y necesidades, y que es necesario abordar las raíces del trauma y la injusticia para la transformación individual y colectiva.1
La justicia curativa es el camino liberador que buscamos seguir e invitamos a otras personas a seguirlo, que centra a las comunidades indígenas, las personas racializadas y a la comunidad LGBTQ en la curación del trauma intergeneracional y el trauma actual. Es la práctica de mirar la plenitud y al bienestar imaginativamente. Es más que pensar en el autocuidado o cuidarse une misme a costa del grupo; en cambio, es reconocer que nuestro movimiento por la liberación DEBE poner la curación y, el cuidado y bienestar en el centro para que todas las personas podamos mantenernos motivadas en nuestro trabajo y evitar el agotamiento, el renunciar o el lastimarnos unas personas a otras. La pandemia del COVID-19 puede y ha exacerbado el trauma, por lo que ha sido importante que ECAP preste más atención al fortalecimiento de estructuras y prácticas que mitiguen el trauma, desarrollen resiliencia, ofrezcan sanación y nos conecten entre nosotres.
En tiempos de crisis, este es uno de nuestros activos más fuertes—la conexión entre nosotres. Si bien la pandemia mantuvo a las personas integrantes de ECAP separadas físicamente entre sí y de muches de nuestres socies en el terreno, nosotres trabajamos para promover y atender el bienestar de todo nuestro personal. Las relaciones ofrecen alegría, nos sacan del aislamiento e invitan a otras personas a ser testigos compasivos de lo que estamos pasando. Aunque como comunidad internacional solo pudimos reunirnos de manera virtual, comenzamos a reunirnos semanalmente para conectarnos y centrarnos espiritualmente, y para ‘check in’ unas personas con otras personas con el proposito de ofrecer apoyo. Hicimos espacio para llorar colectivamente las pérdidas experimentadas durante la pandemia. Realizamos una “hora del café” virtual y compartimos historias de vida.
A medida que avanzaba la pandemia, algunes de nuestres trabajadores comenzaron a experimentar síntomas de ansiedad, depresión, fatiga pandémica y trauma indirecto. Nosotres identificamos la necesidad de psicoeducación y ofrecimos talleres sobre estos síntomas para personas integrantes de ECAP.
Incluso en tiempos que no son de pandemia, reconocemos la necesidad de ofrecer continuamente un espacio para procesar nuestras experiencias, tanto en equipo como individualmente. Entonces, cuando las tensiones aumentan debido al estrés, invitamos al espacio para nombrar lo que es difícil, hablar sobre el impacto de la opresión y sanar como personas individuales. “Pasé por altibajos debido a lo que observé en el área H2 (controlada por la Ocupación Militar Israelí), y una de las cosas que me ayudó a seguir trabajando fue el sistema de cuidado y bienestar que tenemos”, reflexionó una persona integrante del equipo de Palestina. “Hacemos sesiones de ‘check-in’ mensualmente con les coordinadores, lo que me recuerda el plan de cuidado y bienestar que debo hacer por mí, sin mencionar otras prácticas de cuidado y bienestar en equipo. Sin este sistema de cuidado y bienestar, yo no podría trabajar ni tener una vida normal en el lugar de estrés y peligro en el cual trabajamos”.
Necesitamos espacio para pedir apoyo a nuestres compañeres, para sacar la fuerza y el coraje que vemos en cada persona del equipo. Necesitamos recordarnos unas personas a otras lo que nos mantiene con esperanza, por qué hacemos este trabajo, y lo que es importante en lo más profundo de nuestro ser. Necesitamos detenernos juntes y escuchar las señales silenciosas de liberación que se abren paso, incluso durante un tremendo sufrimiento. Uno de nuestros rituales frecuentes es la práctica de nombrar lo que nos conecta espiritualmente con nuestro trabajo y por qué seguimos haciendo el arduo trabajo de la liberación colectiva.
A través del concepto de justicia curativa, sabemos que resistir y romper los sistemas de opresión es en sí mismo, es el factor más importante en nuestra resiliencia y en el cuidado de nuestra comunidad. Nuestra liberación colectiva viene a través de la creación de un mundo donde todas las personas son libres. Cada vez que entrenamos a personas en el Kurdistán Iraquí en las tácticas de la no-violencia o brindamos protección civil desarmada a una persona en el liderazgo social en Colombia, fortalecemos la resistencia mundial a las fuerzas militares y armadas de opresión.
Dado que la mayoría de las personas integrantes de nuestro equipo en el terreno provienen de los lugares donde ellas sirven, nuestro trabajo de ECAP tiene una nueva profundidad. 2 Esto también trae un mayor riesgo de que las personas integrantes del equipo experimenten los efectos del trauma, ya que son objeto de la misma opresión sistémica que están presenciando y documentando. Por ejemplo, nuestres compañeres del equipo palestino experimentan los mismos puntos de control en Al-Khalil/Hebrón que supervisan en busca de violaciones de derechos humanos. Recientemente, pasé unas semanas con el equipo y observé repetidamente a personas soldado israelíes con ametralladoras apuntándonos, solicitando nuestras tarjetas de identificación y preguntando: «¿Tienen armas, pistolas, cuchillos o algo afilado?» En cada ocasión, yo tenía miedo de que las personas soldado confundieran un teléfono celular con una pistola o un cuchillo y que mis compañeres de equipo pudieran perder la vida por este error. De manera similar, en Colombia muchas personas en el liderazgo social colombiano, son asesinadas por oponerse a les actores armados. Nuestro personal colombiano no es inmune a estas amenazas.
En reconocimiento de esta realidad, las personas integrantes de ECAP que desean reunirse con proveedores de salud mental son asignadas a proveedores de su mismo origen para que puedan recibir atención culturalmente competente en su idioma nativo. Esto es parte de un esfuerzo mayor para crear estructuras aún más fuertes que reconozcan el impacto de la opresión sistémica y continua en nuestres trabajadores.
Si bien ECAP siempre ha experimentado los desafíos de solidarizarse activamente contra la violencia y la opresión, la pandemia del COVID-19 nos afectó profundamente y nos inspiró a desarrollar un enfoque de bienestar más sólido. Aunque muchas de nuestras conexiones siguen siendo virtuales, como resultado de las medidas pandémicas, nos estamos encontrando unas personas a otras. Nos estamos recordando unas personas a otras el por qué estamos aquí, compartiendo lo que nos mantiene esperanzados, compartiendo cantos de libertad y resistencia. Nos unimos a través de las zonas horarias y encendemos velas juntes, susurramos nuestras penas, somos testigos del dolor de las demás personas, y nos abrazamos en el amor que libera. Nos recordamos unas personas a otras sobre el mundo por el que estamos trabajando—aquel en el que todas las personas son libres.
1 Allied Media Conference 2018, espacio de práctica de Justicia Curativa y de coordinadores de seguimiento de Justicia Curativa, Detroit, MI.
2 Durante varios años, ECAP se ha movido intencionalmente hacia la contratación de trabajadores por la paz locales para todos los equipos.
Este artículo se publicó por primera vez en Anabaptist Witness en octubre de 2022. Anabaptist Witness es una revista que presenta artículos, poesía e imágenes sobre temas clave que enfrentan las iglesias anabautistas y menonitas globales en misión.