Otro Ramadán bajo la Ocupación

Que cesen los puntos de control fronterizo, los detectores de metales, las personas soldado y las armas, y que las personas Palestinas se muevan libremente y se sientan seguras en sus hogares, vecindarios y país.
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Hundreds of people exit through one of the Israeli checkpoints at the Ibrahimi mosque after prayers during Ramadan

La Ciudad Antigua de Hebrón está viva durante este mes de Ramadán. Jóvenes y mayores recorren las sinuosas callejuelas comprando recuerdos, dulces, verduras, pan, artículos para el hogar y juguetes. Las personas lugareñas y las visitantes se dirigen a la Mezquita Al Ibrahimi al final del callejón. Hay un ambiente de alegría durante este mes sagrado.

Pero, lamentablemente, las personas Palestinas enfrentan dificultades al ingresar al área alrededor de la Mezquita Ibrahimi. En primer lugar, hay punto de control fronterizo. Todas las personas deben pasar por torniquetes de metal, que son controlados por los soldados. Periódicamente, cierran los torniquetes. A veces por muy poco tiempo, a veces por más tiempo, por lo que la gente tiene que esperar. Luego, inspección por parte de la persona soldado. Durante el Ramadán, hay multitudes de personas, por lo que a veces a las personas Palestinas y a las visitantes no se les pide identificación. Pero a veces, si les piden. Parece aleatorio. El pitido sordo del detector de metales cuando la gente pasa se me hace más familiar. La puerta de salida también está controlada. Se siente un poco de impotencia mientras se espera a pasar.

Rodeando la Mezquita Ibrahimi hay personas soldado. Aquí siempre hay personas soldado, pero hay más durante el Ramadán. En puestos fronterizo, en las calles, en los tejados. Cada una de ellas lleva un arma, que tiene la capacidad de quitar una vida.

Luego, están las calles en las cuales las personas Palestinas no pueden abrir tiendas, no pueden conducir o incluso caminar. Las personas soldado vigilan estos puntos para asegurarse de que las personas Palestinas no crucen estas restricciones. La Calle Al Shuhada, que alguna vez fue la arteria principal de la ciudad de Hebrón pero ahora está prohibida la entrada de las personas Palestinas, se extiende en la distancia, casi siempre vacía.

Oremos para que terminen estas restricciones. Oremos para que se vacíen los puestos de control y, se desmantelen estas grandes y feas estructuras de metal y la gente pueda caminar libremente para ver a sus amistades, orar e ir a donde quiera.

Oremos para que no haya una persona soldado a la vista. Oremos para que las personas se sientan seguras y no corran el riesgo de ser detenidas, retenidas, arrestadas o atacadas en ningún momento. Oremos para que no haya armas.

Este día llegará, pero no sé cuándo. Oremos por el pueblo de Palestina mientras continúan esta lucha.

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