ECAP expresa su preocupación por la injusta condena en el caso Sherwani

Sherwan Sherwani fue condenado por falsificación y adulteración de documentos en su juicio más reciente, pocos meses antes de su liberación programada.
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El 20 de julio del 2023, ECAP en Kurdistán Iraquí observó el juicio de Sherwan Sherwani. En ECAP en Kurdistán Iraquí hemos asistido a los juicios de los 24 presos de Badinan desde principios del 2021. Sherwan Sherwani formaba parte de un grupo de periodistas y activistas detenidos por las fuerzas de seguridad de Duhok a finales del 2020 en relación con las protestas contra la corrupción del gobierno. En febrero del 2021, él y otras cuatro personas fueron juzgados por «poner en peligro la seguridad nacional de la región del Kurdistán». Fueron declarados culpables y condenados a seis años de cárcel. Sherwani es activista por los derechos civiles y periodista independiente. Su trabajo ha incluido la denuncia de la corrupción, de las prisiones secretas del gobierno y la defensa de los derechos humanos. Sherwani ha sido atacado sistemáticamente por su trabajo de periodismo y activismo. Antes de su encarcelamiento, Sherwani sufrió secuestros y amenazas para silenciar su labor periodística.

Durante su juicio más reciente, Sherwan Sherwani fue juzgado y condenado en el Tribunal Penal de Erbil por falsificación y adulteración de documentos. El documento en cuestión está relacionado con una solicitud presentada el 28 de agosto del 2022 por los presos de Badinan Sherwan Sherwani, Guhdar Zebari, Hariwan Issa, Eyaz Karam y Shvan Saeed para retractarse de un documento presentado anteriormente en el que pedían la libertad condicional. Sherwani fue condenado por falsificar las firmas de otros presos de Badinan y la huella dactilar de Guhdar Zebari que en ese momento se encontraba en confinamiento solitario. Zebari y los demás habían acordado autorizarse mutuamente a firmar en el nombre de los otros. Sherwani fue condenado en virtud de los artículos 295 y 298 del Código Penal iraquí según los cuales la falsificación es «la alteración en cuanto al fondo o al significado, según lo estipulado por el Código, con intención de engañar de una escritura, certificado u otro documento, causando con ello un perjuicio al bienestar público o a terceros».

Además, el artículo 295 se aplica a la falsificación de documentos ordinarios: «Toda persona que falsifique un documento ordinario que establezca una deuda o disponga de una propiedad o libere a una persona de una deuda o salde una deuda o cualquier documento ordinario que pueda utilizarse para establecer derechos de propiedad será castigada con una pena de prisión no superior a siete años o con la detención». El artículo 298 establece que «toda persona que haga uso de un documento falsificado a sabiendas de que lo es será castigada, según las circunstancias, con la pena prevista para el delito de falsificación».

Observaciones y violaciones

En ECAP en Kurdistán Iraquí nos preocupa la importante presencia de seguridad dentro de la sala durante el juicio. En ECAP en Kurdistán Iraquí estimamos que estaban presentes entre 12 y 15 policías fuertemente armados con Sherwani dentro de una jaula. Decenas de guardias armados se encontraban también fuera de la sala. El carácter militarizado de la sala podría tener por objeto intimidar al acusado (y a los demás asistentes) debido a la notoriedad de Sherwani y al carácter político de su encarcelamiento. Esta práctica puede menoscabar la representación legal del acusado y crear un entorno intimidatorio contrario a los principios jurídicos de imparcialidad.

El derecho a un juicio justo es un derecho humano reconocido. En ECAP en Kurdistán Iraquí nos preocupa el procedimiento potencialmente injusto del tribunal que no proporciona los documentos legales del caso a la defensa por adelantado porque pone a los acusados en desventaja ya que el tribunal está sesgado a favor de la acusación. Esta práctica podría atentar contra la imparcialidad y un juicio justo. Resulta revelador que el juez preguntara a Shvan Saeed: «Ya está usted en libertad, ¿tiene ahora sabiduría?». Además, no existe la posibilidad de interrogar o cuestionar la validez e independencia de las pruebas del departamento de investigación.

El juez interrogó a la fiscalía y a los testigos sobre el impacto en la prisión de adultos de Erbil y en los otros presos de Badinan por quienes Sherwan Sherwani firmó. La fiscalía argumentó que había un impacto negativo en los presos y en la reputación de la prisión de adultos de Erbil. Guhdar Zebari, Hariwan Issa y Shvan Saeed declararon ante el tribunal que no hubo ningún impacto negativo y afirmaron que todos se habían dado permiso explícito para firmar y tomar huellas dactilares en nombre de los demás. Cuando fue llamado como testigo Saeed declaró: «Hace un año, cinco de nosotros llegamos a un acuerdo por el que todos firmarían en nombre de los demás si alguna vez era necesario. Teníamos consentimiento».

Según se declaró ante el tribunal, este acuerdo se creó para facilitar la acción colectiva. Sherwani y otros testigos afirman que la prisión de adultos de Erbil les había creado muchos obstáculos para presentar quejas y hacer peticiones formalmente. Además, en ocasiones los presos eran recluidos en régimen de aislamiento por lo que no tenían acceso a participar en la presentación de peticiones colectivas.

Todos los testigos declararon que no se produjeron repercusiones negativas para ellos, ya que se autorizaron firmar. Como el documento presentado era un memorando y se tramitaba internamente, no hay pruebas que sugieran un posible daño a la reputación de la prisión, como señaló Sherwani: «No es un documento oficial. No es una cuestión de seguridad». No se presentó ante el tribunal ninguna intención de tergiversación, ni pruebas claras de tergiversación o de cualquier perjuicio causado.

En el tribunal, la representación de la prisión de adultos de Erbil declaró que las solicitudes colectivas no podían tramitarse oficialmente; sólo podían tramitarse las solicitudes individuales. Sin embargo, el documento inadmisible del preso se utilizó ante el tribunal como prueba de un documento que se había tramitado oficialmente.

Sherwan Sherwani declaró que en algunas ocasiones los funcionarios de la prision y los guardias tomaron huellas dactilares sobre páginas en blanco; una práctica comúnmente documentada por las fuerzas de seguridad kurdas sobre los detenidos con fines de intimidación o para obtener una firma o huella dactilar para utilizarla en un «documento falso». Es importante señalar que Sherwani declaró ante el tribunal que no presentó la huella dactilar en el espacio de Guhdar Zebari.

El juez basó la sentencia en un artículo de otra ley porque el documento en cuestión no se consideraba oficial. Esto plantea más dudas sobre la viabilidad del documento como prueba si no se causa ningún perjuicio. En última instancia, no había pruebas que sugirieran daño alguno a la reputación de la prisión o de las personas por las que Sherwani había firmado. El resultado fue que el juez dictó una sentencia de 2,5 años por violar el artículo 295 y una sentencia de 1,5 años por violar el artículo 298. En relación con esto, en ECAP en Kurdistán Iraquí nos preocupan las sentencias injustas.

En ECAP en Kurdistán Iraquí nos preocupa mucho el hecho de que el tribunal esté siendo utilizado para castigar injustamente a periodistas y activistas, como fue el caso de todos los presos de Badinan.

En ECAP en Kurdistán Iraquí nos preocupan mucho las alegaciones de tortura durante los interrogatorios discutidos durante el juicio por Sherwani sobre su juicio inicial con el mismo juez.

Análisis

Es probable que el GRK interfiera políticamente en el sistema judicial. En ECAP en Kurdistán Iraquí nos preocupa enormemente que esta interferencia política tenga el potencial de socavar significativamente los valores de justicia, imparcialidad e independencia en el sistema jurídico kurdo. Como demuestran otros casos de presos de Badinan, el poder judicial está siendo utilizado para castigar excesivamente a activistas y periodistas que denuncian temas considerados sensibles para el GRK y los partidos políticos kurdos en el poder, como son la corrupción, el nepotismo y las injusticias en materia de derechos humanos.

La noche del 20 de julio, el mismo día del juicio de Sherwani, el periodista Omed Barushky fue secuestrado en su domicilio por las fuerzas de seguridad de la Asayish, sin orden judicial. Barushky había asistido al juicio de Sherwani y criticó públicamente al gobierno durante una rueda de prensa afuera del tribunal. Fue puesto en libertad por orden de Masrour Barzani. Se trata de un claro ejemplo de intervención política en el sistema judicial.

El Kurdistán Iraquí es un lugar cada vez más inseguro para periodistas y activistas. Al menos nueve periodistas han abandonado el Kurdistán Iraquí en los últimos seis meses debido a amenazas vigentes contra ellos y sus familias. Periodistas y activistas temen constantemente por su vida a causa de su trabajo. Un gran número de periodistas y activistas han declarado y mostrado pruebas físicas de horribles torturas que sufrieron mientras estaban en prisión o en detención, tales como arrancarles las uñas, colgarles botes de gas en los genitales y agredirles verbal y físicamente. La tortura se utiliza para intentar retractar confesiones falsas, para firmar documentos sin saber en qué consiste el documento y para impedir que los presos denuncien cualquier maltrato. Tras su puesta en libertad, periodistas y activistas siguen sufriendo amenazas en su contra y contra sus familiares si hablan de cualquier asunto relacionado con su encarcelamiento o de cuestiones consideradas delicadas por el gobierno.

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