“Zenaida Colmenero Dircio.”
“Presente!”
“Amparo Gonzalez Cifuentes.”
“Presente!”
“Persona No Identificada.”
“Presente!”
Las personas participantes en la Vigilia Sanemos Nuestras Fronteras levantan una cruz y pronuncian el nombre de una persona migrante que murió en el desierto del condado de Cochise, Arizona. Todas las demás personas responden: «¡Presente!», invocando en la presencia del grupo y de la comunidad la memoria de la persona fallecida. La vigilia se ha celebrada en Douglas (Arizona, USA) desde hace casi 23 años. Sin embargo, en los últimos años, el 1ero ó el 2ndo de noviembre, algunas de las cruces han cruzado a Agua Prieta, Sonora, México, ya que la vigilia se ha incorporado a la tradicional celebración mexicana del Día de los Muertos.
En estos días—en México y cada vez más en Estados Unidos—las familias honran y mantienen viva la memoria de las personas de su familia que han fallecido. Tradicionalmente, el 1ero de noviembre es el día para recordar a les niñes, y el 2ndo de noviembre es el día para honrar a todas las demás personas. Las familias visitan el cementerio y celebran una fiesta en la tumba de sus seres querides, llevando las comidas y bebidas favoritas, poniendo música y colocando fotos y flores, sobre todo caléndulas y velas, en una ofrenda. En Agua Prieta, la ciudad organiza una celebración comunitaria en la plaza el 2ndo de noviembre. Hay comida, música y exhibición de ofrendas.
El 1ero de noviembre del 2023, la Vigilia Sanando Nuestras Fronteras en Arizona y El Día de los Muertos en Sonora se unieron en una celebración común en memoria de las personas fallecidas, donde participantes de ambos lados de la frontera se reunieron en el Centro de Recursos para Migrantes de Agua Prieta. Cada persona cogió unas cuantas cruces y se unió a una procesión hasta el muro fronterizo. En el muro, les participantes levantaron una cruz, pronunciaron el nombre, se unieron para decir «¡Presente!» junto a todo el mundo y, a continuación, colocaron la cruz contra el muro. La procesión finalizó en la Avenida 6, donde hay una gran cruz en memoria de les migrantes. “Vivamos siempre como hermanos” está escrito en el travesaño. En la pieza vertical se lee «tod@s somos migrantes«. Ante esta cruz, la gente oró y cantó, encendió velas y dejó caléndulas en memoria de les migrantes, pero también en recuerdo de sus seres querides.
- Oremos por cada migrante que ha muerto en el desierto, cruzando el océano, o a manos de las autoridades criminales o legales.
- Tengamos arrepentimiento de los pecados del racismo y del capitalismo que obligan a les migrantes a abandonar sus hogares.
- Lloremos con las familias que lloran a sus seres querides.
- Alcemos nuestras voces al grito de «¡Presente!» para mantener vivo el recuerdo de todas las personas que han muerto injustamente.
- Lloremos especialmente por les niñes que se han ido, en México y en toda América Latina, como resultado de las guerras del colonialismo y de la opresión, y por la muerte lenta del hambre.