Ha sido un año de bombardeos, más muertes y más horror.
Y el mundo sigue ciego y cuestionando si se trata de un genocidio.
El mundo sigue eligiendo qué vidas son tienen más importancia.
Y el mundo sigue considerando menos valiosas las vidas de las personas palestinas.
Este mes no oramos por Palestina, sino por las personas que eligen estar ciegas, por quienes optan por callar y por quienes creen que esta opresión no traspasará la frontera y les alcanzará.
Oramos por su despertar para que usted vea no sólo a través de sus ojos, sino también a través de su alma, y para que recuerde lo que Martin Luther King dijo una vez: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes. Estamos atrapados en una red ineludible de reciprocidad, atados en una sola vestidura de destino. Lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente”.