COLOMBIA:Piedras y Metales Preciosos

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redECAP
23 August 2013
COLOMBIA:Piedras y Metales Preciosos

El domingo 18 de agosto hombres y mujeres de las comunidades
rurales de los municipios de Segovia y Remedios, en el departamento de
Antioquia se lanzaron a las calles armados con la frustración, coraje,
adrenalina, y sí, palos y piedras. Salieron a las calles de Segovia para
expresar su frustración por un sistema que les ha abandonado a vivir en
condiciones que no se le debe pedir soportar a ningún ser humano.

Esta acción fue parte de una protesta al nivel nacional. En toda
Colombia comunidades campesinas, mineras, indígenas, camioneros,
maestros, trabajadores de la salud, café y cacao y otros sectores
agrícolas se han unido para clamar que están cansados de las condiciones
en las que se les ha pedido el gobierno colombiano soportar para unirse
a la economía mundial. Para Colombia honrar sus acuerdos comerciales
con otros países, como Estados Unidos, Canadá o la Unión Europea, se
está pidiendo a sus propios ciudadanos aceptar que la vida (en muchos
lugares ya más difícil de lo humanamente posible) será más difícil. El
gobierno colombiano no lo dice así. De hecho, dicen que las cosas van a
mejorar, y que Colombia va a desarrollar. Si usted echa un vistazo a lo
que está sucediendo (y ha pasado ya por mucho tiempo), estos
mejoramientos se dirigen sólo a unos pocos y amenazan gravemente la vida
de muchos.

Desde la llegada de los españoles al continente americano, el oro ha
sido una fuente de conflicto. Codiciando el metal brillante, la avaricia
empujó la decencia humana a niveles extremos de brutalidad,
esclavizando la gente para extraer este precioso metal por el lujo de
unos pocos reyes y reinas en el viejo mundo. La minería de oro en la
región de Segovia y Remedios data desde la colonización española a
principios de los años 1500. El departamento de Antioquia era conocido
por ser la reserva de oro más importante de Colombia. Miles de toneladas
de oro han sido extraídos de las montañas y los ríos de Antioquia.

A pesar de que en Segovia se ha extraído oro durante siglos, a
principios de este año la empresa minera canadiense, Gran Colombia Gold,
el operador de las minas más grandes de Segovia, informó que extrajeron
más de 2.2 toneladas de oro en el año 2012, con una previsión de
aumento de la producción anual del 14% para 2013. Segovianos dicen que
cada noche alrededor de una docena de camiones, escoltados por guardias
armados, salen de la ciudad cargados de mineral de oro para ser
procesado en otro lugar. Al igual que en el pasado la gente ven como la
riqueza se envía a fuera y se quedan sin nada.

En una región con tanta riqueza, la gente todavía vive en la pobreza
extrema. El hospital no es más que una clínica que proporciona atención
básica. La noche del domingo, un manifestante con una herida de bala en
la pierna no podía ser atendido, y tuvo que ser evacuado a Medellín, a
cinco horas de distancia. Las escuelas están deterioradas, el agua de la
llave no es potable, y muchas calles del casco urbano de Segovia están
en mal estado.

 

Las carreteras en las comunidades rurales sólo alcanzan un cierto
punto. Después, la mayoría de los habitantes tienen que caminar dos o
tres días para llegar a sus casas en terrenos montañosos. En condiciones
secas estas carreteras no son tan malas para viajar. Pero después de
unos días de lluvia el viaje de 3 horas se convierte en 15 o 20 horas, y
sólo pueden ser realizadas por vehículos que pueden competir en el
Rally de Dakar.

 
   

En las comunidades rurales no hay servicios públicos, centros de
salud, escuelas, o incluso formas de comunicación con el exterior. Así
que imagina lo que pasaría si usted se enfermara y tuviera que evacuar.
Si tienes suerte de vivir en la comunidad donde termina la carretera,
entonces usted puede esperar hasta la mañana y viajar hasta Segovia o
Remedios. Pero si usted vive en una de las comunidades más allá de la
carretera, sólo puede esperar que unos pocos vecinos le ayudan a llegar
al camión y esperar que el camino no está en tan mal estado para que de
golpes constantes no aumentan el dolor. Con la esperanza que el viaje
sólo dura 3 horas.

El 17 de agosto los Equipos Cristianos de Acción por la Paz (ECAP)
llegaron a Segovia para acompañar 2.000 campesinos, mineros e indígenas
uniéndose al paro nacional que inició el día 19. Niños/as, mujeres y
hombres armaron sus carpas en el coliseo municipal determinados, a pesar
de condiciones apretadas,(foto) a permanecer allí hasta que el gobierno
se compromete a negociar. CAHUCOPANA socio
de ECAP y organizador de la huelga de Segovia, declaró el coliseo como
Refugio Humanitario. El Refugio Humanitario es una zona protegida por el
Derecho Internacional Humanitario (DIH) en el que no se permiten armas y
se garantiza la protección de los residentes. La principal preocupación
de los organizadores en declarar esta zona protegida era impedir la
entrada a los actores armados, en particular las autoridades policiales
como medida de acabar con el paro.

CAHUCOPANA quien desde el 2004 ha trabajado en las comunidades
rurales de Segovia y Remedios, concientizando la población por medio de
talleres sobre los derechos humanos y derechos de las comunidades a
vivir y trabajar la tierra. Estas comunidades y su modo de vida se ven
amenazados por las nuevas leyes que favorecen a los grandes proyectos
agrícolas y mineros. Los pequeños mineros, a menudo llamados mineros
artesanales, ahora son considerados ante la ley como delincuentes. El
nuevo código de minería del 2010 hace que sea imposible para los
pequeños mineros cumplir con todos los requisitos para registrar
legalmente sus minas. Esta maniobra legal, abre el camino a las grandes
empresas como Gran Colombia Gold a sacar todo el oro y toda la ganancia.

En los días previos al paro nacional el gobierno colombiano hizo
declaraciones diciendo que reconocen el derecho del pueblo a protestar, y
estaban dispuestos a dialogar, pero no bajo la presión de la violencia.
En cuanto a “la violencia”, dijeron que no aceptarán bloqueos o
confrontaciones. Parecen demandas razonables, a menos que se miran a
través del lente de la historia. Las comunidades preguntan: ¿Cuándo
terminará la violencia estatal? Cuando se cumplirán los acuerdos
negociados hace años? Cuantas veces levantarán, las comunidades más
pobres, su voz exigiendo su derecho constitucional a una infraestructura
adecuada (carreteras, energía eléctrica, acueducto), vivienda, salud,
educación, el derecho a que sus años de trabajo en la tierra sea
reconocida por medio de recibir un título. Ellos reclaman el derecho a
no ser desplazados por una empresa extranjera que recibe títulos o
concesiones de explotación de la tierra y sus recursos.

Las noticias sobre el paro se han centrado sobre todo en los
enfrentamientos que han estallado entre la policía y los bloqueadores de
carreteras. El gobierno utiliza esto como una excusa para
estigmatizarlos, afirmando que están infiltrados por la guerrilla, para
desacreditar a sus legítimas demandas. Y para las personas que viven
fuera de estos contextos en los entornos más cómodos, imágenes de
personas enmascarados lanzando piedras detrás de barricadas en llamas
aumentan los niveles de miedo – a menudo un miedo a tener un estilo de
vida privilegiado amenazado o interrumpido. Pero todos tenemos que
preguntarnos: ¿Cuántas veces puede ser atropellado y golpeado un pueblo
antes de que se levante? Los habitantes de Segovia han visto demasiado
oro abandonar su comunidad y están diciendo: “¡Basta! Es nuestro y nos
merecemos beneficiarse de él, no las empresas extranjeras.”

Estos mineros y agricultores, muchos de los cuales luchan para
ganarse la vida, no están en busca de derrocar al gobierno, sino que
simplemente desean ser reconocidos como ciudadanos con todos los
derechos que les otorga la Constitución del país que aman tan
profundamente.

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