COLOMBIA: Carta abierta al Primer Ministro de Canadá

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redECAP
29 de mayo de 2013
COLOMBIA: Carta abierta al Primer Ministro de Canadá

Señor Stephen Harper,

Mi nombre es Hannah Redekop. Soy una mujer de 24 años, ciudadana canadiense viviendo y trabajando en Colombia con Equipos Cristianos de Acción por la Paz (ECAP) como una observadora internacional, luchando por justicia y paz en un país que lleva 50 años con una guerra civil.

Quiero contarle sobre Las Pavas, una comunidad campesina ubicada el campo de Colombia.  Quiero contarle de su desplazamiento durante los últimos diez años y los abusos de derechos humanos que siguen ocurriendo hasta la fecha de hoy, realizados por Aportes San Isidro, una empresa de palma de aceite.  Quiero contarle esto porque Canada ahora es socio de Colombia después de haber firmado un tratado de libre comercio, entonces mientras Canadá importa millones de productos de palma de aceite (este aceite se encuentra dentro de un gran porcentaje de productos cotidianos) estamos perpetuando estos abusos a la humanidad.

 
  Tito en su parcela
 
El rancho de Tito, tumbado por la empresa palmera  

Quiero contarle de Don Efraín y su hijo Tito, dos campesinos muy trabajadores quienes luchan por sobrevivir en Las Pavas porque la seguridad privada de esta empresa ha destruido sus cercas y robado su alambre, tumbado su rancho, y amenazado su vida, hasta disparándoles en los pies mientras andaban por su tierra, tratando de sobrevivir bajo un cambuche de palos y plastico, con una olla colgado encima de unas carbones calentando un banano o una yuca hervida para la cena.

Quiero contarle también de Rubiela, una mujer de 37 años, madre de cinco hijos, quien vive diariamente con las amenazas de muerte contra ella y su familia, incluso amenazas de violación contra sus trés hijas, con catorce, trece, y nueve años de edad.  Rubiela manda a su esposo a trabajar cada día con un banano hervido y un huevo frito, nada de sustancia para un hombre que trabaja 14 horas al día bajo un sol ecuatorial.  A pesar de su trabajo duro, los cultivos de Wladymir han sido envenenados y arrancados, y sus bananos verdes mochados y dejados a podrir.  A Rubiela le gustaría ir a ayudar a su esposo en la parcela pero le da miedo dejar sola la casa conociendo el daño que son capaces de hacer los de la seguridad privada.

Quiero contarle que estuve ahí cuando la comunidad, en preparación para poner un nuevo techo al rancho, llegaron para encontrar que habían quemado las palmas la noche anterior con gasolina.  Estuve ahí cuando cortaron nuevas palmas, y cuando las llevaron a la finca salieron los de la seguridad privada con pistolas y dispararon la llanta del tractor con una escopeta.

Quiero contarle que la policía se presentó una hora más tarde, pero que falló a favor de la empresa de palma, a pesar de que la evidencia y las pruebas muestran que la empresa está actuando ilegalmente.

Quiero contarle todo esto, pero creo que estaría perdiendo el tiempo.

Porque antes de que usted se preocupa por los colombianos, usted tiene que preocuparse por Canadá.  Pero al parecer, Canadá no es tan importante para usted tampoco, señor Harper.

Si se preocupara por Canadá, no estaríamos preocupados por el daño ambiental de las arenas bituminosas o el hecho de que ha cerrado muchas instituciones que cuida y protege nuestros masas de agua dulce.

Si se preocupara por Canadá, no hubiera preferido dar la bienvenida a los pandas en el zoológico de Toronto en lugar de dar la bienvenida a los jóvenes Nishiyuu que habían caminado 1.600 kilometros a la capital para llamar la atención sobre las cuestiones indígenas que usted se niega a reconocer.

Si se preocupara por Canadá, no hubiera usted callado a los científicos, bibliotecarios, o artistas, o censurado a los medios alternativos y tratado de controlar nuestras comunicaciones nacionales.

¿Qué es lo que quiere, no tan honorable señor Stephen Harper?

Si se trata de dinero, tómelo y váyase. Ya salió el escándalo que se ha perdido $ 3.1 mil millones en su ” Gobierno de Harper”.  Somos canadienses, le perdonaremos si usted toma un poco más. Sólo váyase.

Canadá necesita un líder que se preocupe por el bienestar de su gente y también de las personas que están afectadas por las acciones de Canadá. Colombia necesita líderes internacionales que se preocupen por la impunidad otorgada a los propietarios de grandes empresas a costa de los campesinos. Yo necesito un líder que se preocupe. Así que, por favor, váyase.

 
  Don Efraín cuidando a su cultivo de arroz

Sinceramente,

Hannah Redekop,
Rubiela,
Don Efrain,
Tito
y los otros campesinos de Las Pavas

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