RedECAP
6 de diciembre, 2014
Kurdistan
Iraqui: Recolectando los nombres de desaparecidos
por Terra Winston
El mes pasado, Alicja Zasadowska, una
participante interina con el equipo de Kurdistan Iraqui y yo acompañamos a
nuestros socios, el grupo Zhyan, a Duhok para visitar el Campamento Khanke IDP,
unas siete horas por las montañas. El Campamento Khanke actualmente es el hogar
de varios miles de familias, mayormente Ezidi/Yazidi de la Montaña de Shangal
(“Sinjar” en Arabe). De acuerdo a otros que han viajado anteriormente en el
otoño, las familias se están recuperando de haber pasado varios días en las
montañas sin protección o agua.
La visita fue verdaderamente una de las
mas humildes experiencias de mi vida hasta ahora. Pasamos el fin de semana
recolectando nombres de 961 mujeres que fueron secuestradas por ISIS
(anotamos los nombres de hombres
en hoja separada). Estoy seguro de que podríamos haber recolectado muchos
nombres mas si hubiéramos tenido tiempo. Simplemente fuimos de una carpa de
UNHCR a otra, nos sentamos con las familias, y escuchamos sus historias. Un
hombre con el que hable tenia sesenta miembros de familia desaparecidos, otro
veinte-ocho. En algunos momentos, parecía que el dolor y la lista de nombres
nunca terminaba. Aun cuando el sol bajo, y el campamento se cerro, escuchamos
mas autobuses de camino al campamento desde Kobane, Siria.
Junto con compartir los nombres de sus
miembros de familia, las personas expresaron su preocupación sobre el clima. Un
hombre compartió con nosotros que el tenia familia que “murió por no poder
escapar de ISIS, familia que murió en las montanas, familia que murió en la
caminata hacia el campamento, y ahora los que sobrevivieron morirían en el
campamento de UN por el frio”. Se acerca el invierno; las noches están por
debajo de 42 grados Farenheit/6 Centígrados. Las familias no están permitidas
de tener estufas en sus carpas
porque dos se quemaron debido a estufas y murieron dos adultos y tres niños. El Gobierno Regional Kurdo y la UN esta intentando
proponer soluciones pero están perdiendo el ritmo de los cambios de clima que
se acercan.
Aun entre la tristeza, los niños juegan
al soccer, se hacen trenzas unas a otras en el pelo, y abrazan a ositos de
peluche y muñecas. Los padres abrazan a sus bebes, cocinan la comida que pueden
y doblan las mantas prolijamente. La vida continua y la esperanza continua
donde se puede.