redECAP
mayo 16 de 2015
NIGERIA: Sobrevivientes del trauma
de Boko Haram descubre maneras de sanar entre sí
«Cuando llegué a casa después de escapar del
ataque, nuestra vivienda había sido bombardeada, y todo fue destruido»,
dijo una mujer.
«Yo estaba lejos cuando Boko Haram ataco mi
pueblo,» un hombre expresó con pesar. «Todavía me siento mal de que
mi esposa tuvo que enfrentarlo y huir sola.»
«Todo el mundo en mi pueblo huyó cuando llegó
Boko Haram. Yo fui el único que se quedó, y milagrosamente, no me encontraron y
me mataron «, dijo un tercero, expresando su gratitud.
«Corrí a casa cuando fue atacada nuestra
iglesia», otro compartió. «Mi esposo estaba en casa y fue capaz de ir
en el automóvil hasta el pueblo vecino. Cuando me llamó, le dije que siguiera
adelante y escapara. Él respondió: «Voy a esperar a que nos encontremos.
Vamos a estar juntos, y si morimos, moriremos juntos. ‘»
Historias desgarradoras fluían del grupo reunido en
un taller de superación de traumas en Yola, a principios de abril de 2015;
patrocinado por el equipo de crisis de EYN (Iglesia de los Hermanos de Nigeria)
para los miembros que ahora viven en campos de desplazados o hacinados en casas
de familiares. Este fue uno de los muchos talleres para ayudar a los miembros a
que se apoyen mutuamente en el proceso de curación de la violencia de Boko
Haram en el noreste de Nigeria. Y más personas están recibiendo formación para
que los más de los cerca de 200.000 – 600.000 miembros YEN afectados por el trauma
puedan participar.
Nadie tenía la expectativa de que en esos tres días
de reuniones y de compartir experiencias aportaría ninguna solución rápida, o
que el entrenamiento se harían cargo de los
más intensos traumas que pedían consejo pastoral o ayuda psicológica urgente.
Las sesiones dan un marco para entender cómo el trauma afecta a unos y a otros,
y les ayuda a elegir formas positivas de tratar con las emociones relacionadas
con el trauma y se abren a la curación. El programa tiene como objetivo evitar
que el ciclo de la violencia y el trauma continúen, porque cuando el trauma no
se trata, los que han sido traumatizados, a su vez, puede perpetuar la
violencia y traumatizar a los demás.
Especialmente emotivo fue un ejercicio llamado “Círculo
de manos». Uno a uno, en el círculo, cada persona decía: «Me encanta
esta familia; Ojalá esta familia ___ «y llenaba el espacio en blanco con
algo, como por ejemplo,» esperanza «,» curación «o» fuerza”.
Después de su declaración, la persona pone la mano cerrada en el círculo y
alrededor del pulgar de la persona de al lado, para que la próxima persona lo tome.
El resultado fue un círculo de manos unidas, símbolo de la fuerza y la belleza
que ellos y otros que acaban de vivir un gran trauma pueden dar, y caminar juntos a través de este difícil
momento, dentro de una comunidad de amor y apoyo.