Foto: Marcos Knoblauch/ECAP
Oramos por el proceso de distribución de títulos de propiedad que se está reiniciando en El Garzal este mes después de seis años de inactividad. Oramos por justicia y sanación de las familias campesinas afectadas por los desalojos, las amenazas y la violencia del pasado. Oramos por una toma de decisiones justa y rápida por parte de las autoridades. Que este proceso no se pierda en la burocracia y la corrupción, ni dure más de lo necesario.
La comunidad de El Garzal fue fundada en los años setenta, por campesin@s ya desplazad@s. Entre los campos de cacao y yuca, el narcotraficante Barreto operaba una pista de aterrizaje para el tráfico de cocaína. Después de que las autoridades allanaron a Barreto en 1989, se vio obligado a irse. Regresó a El Garzal en 1995 y poco después, intentó desalojar a toda la comunidad de la tierra para expandir sus operaciones. Él empleó grupos paramilitares armados para desplazar y amenazar a la comunidad. Cuando la comunidad se resistió, aumentaron la violencia contra l@s miembr@s de la comunidad.
Equipos Cristianos de Acción por la Paz-Colombia ha acompañado a El Garzal desde el 2007, pero l@s miembr@s de la comunidad resistieron a Barreto y a su brazo paramilitar de manera no-violenta desde el comienzo de su hostigamiento. La comunidad está arraigada en la resistencia espiritual a través del ayuno y la oración, entre otras estrategias no-violentas.
Ahora, después de seis años, el proceso de distribución legal de títulos de propiedad se ha reiniciado. El 19 de Marzo, la Agencia Nacional de Tierras (la institución gubernamental responsable de la asignación de títulos de tierras) visitará El Garzal para notificar a l@s campesin@s sobre los límites legales de la tierra para la cual la agencia asignará títulos. L@s campesin@s han tenido legalmente el derecho a estos títulos de propiedad por más de veinte años.
Agradecemos que este proceso se haya reanudado y que no solo proporcionará títulos de propiedad legales para l@s campesin@s de El Garzal, sino que también les dará el derecho de permanecer y defender sus tierras. Oramos para que esta distribución de títulos sea la etapa final de la historia de violencia y desplazamiento que han experimentado y que l@s campesin@s de El Garzal pronto vean los frutos de su resistencia espiritual y no-violenta durante una década.