Oremos por aquellos que se encuentran en Douglas, Arizona, quienes realizan una vigilia todos los Martes por les migrantes que han muerto en el condado de Cochise al intentar cruzar la frontera EE.UU. – México.
Solo en el Condado de Cochise, más de 300 migrantes han muerto en los últimos 20 años. A lo largo de Arizona, más de 3000 han muerto. En la frontera entre EE.UU. – México, más de 7000 migrantes han muerto.
En la vigilia, les participantes levantan cruces con los nombres de les muertes y gritan los nombres mientras les asistentes gritan: «¡Presente!» Para aquelles que no portaban identificación cuando murieron, «No Indentificade» está escrito en la cruz. Luego, las cruces se colocan al costado del camino en rememoración. En la vigilia, cientos de cruces bordean la calle que conduce a la frontera entre EE.UU. – México.
La política de EE.UU. para detener a les migrantes ha sido la prevención mediante la disuasión. Alrededor de las ciudades a lo largo de la frontera, EE.UU. ha construido el muro y ha aumentado la patrulla fronteriza; fuera de las ciudades, el muro está incompleto y la patrulla fronteriza es más escasa. La política de los EE. UU. no ha disuadido a les migrantes, sino que les ha puesto en manos de traficantes y más adentro en los desiertos áridos y terrenos más accidentados. La política de los EE. UU. no ha disuadido a les migrantes; ha matado a migrantes.
Y por eso oramos. Oramos por les que han muerto. Oramos por les miembres de la familia que lloran a sus seres querides perdides. Oramos por les migrantes que están haciendo el peligroso viaje a través de la frontera. Oramos para que lleguen a un lugar seguro. Oramos para que los EE. UU. abra su corazón y fronteras a les necesitades. Oramos por paz, para que la gente ya no tenga que huir.