22 de junio 2020
Muriel Schmid
El día 25 de mayo 2020 George Floyd, de 46 años, fue asesinado por un policía. Mientras uno se arrodillaba sobre su cuello, dos policías más lo sujetaban y otro observaba de pie. Desgraciadamente, la muerte de Floyd no es una anomalía. La policía ha estado asesinando impunemente a gente negra en Estados Unidos desde la época de la esclavitud. En respuesta a la muerte de Floyd, los ciudadanos alrededor del mundo han salido a las calles a manifestarse en contra de la brutalidad de la policía y declarando a una sola voz “Black Lives Matter” (las vidas negras importan). Muriel Schmidt, la directora administrativa de los ECAP, ha asistido a las manifestaciones en Louisville, Kentucky. Aquí redactamos la entrevista con ella.
Como directora administrativa de los ECAP ha asistido a las protestas en Louisville, Kentucky. ¿Por qué decidió asistir a estas manifestaciones?
Creo que esto es parte de nuestro compromiso con la paz y la justicia y con el desmantelamiento de las estructuras de opresión en los ECAP. Muchos de nosotros en distintos sitios hemos asistido a las protestas junto a los movimientos populares locales. ¡Esto es lo que hacemos! Manifestamos nuestra solidaridad con las personas que resisten las estructuras de opresión. Desde las calles de Colombia, Palestina, Kurdistán Iraquí y mostrando solidaridad con los Wet’suwet’en este año, por ejemplo, les ECAPeres han participado en las protestas para gritar “¡basta ya!”—el racismo y la opresión tienen que terminar.
¿Qué ha visto en las protestas?
Al momento solo he visto protestas pacíficas, aunque entiendo que han sido pocas las pacíficas desde el asesinato de George Floyd. Las protestas son particularmente importantes aquí en Louisville dónde Breonna Taylor fue asesinada de un balazo por la policía durante un registro sin aviso en el apartamento de su novio el pasado 13 de marzo.
El gobierno de la ciudad desplego las fuerzas de la policía estatal y de la Guardia Nacional tras el saqueo que ocurrió en esta ciudad; fue asombroso ver la cantidad de agentes de la policía preparados y listos con sus armas. Se produjeron enfrentamientos aun con la presencia de la Guardia Nacional, pero cuando las autoridades retiraron la fuerza policial y la Guardia Nacional se fue las cosas se calmaron. El riesgo de recrudecimiento de la violencia se multiplica cuando los agentes de orden público están presentes. Esto me lleva a reflexionar sobre el compromiso y el sentido de la no-violencia para los ECAP, y en cómo hemos estado aplicando tácticas de no violencia por más de 30 años. Me alegra saber que les ECAPeres están participando en las protestas.
A veces he observado la tensión entre las POC o personas de color y los manifestantes blancos. Para la gente blanca es difícil ceder el control y manifestarse en solidaridad—sea permaneciendo atrás o actuando solo cuando es necesario—mostrando así un apoyo más activo. O cuando las personas blancas buscan atención, en vez de entregar el micrófono, a través de las publicaciones en sus redes sociales en forma de apoyo performativo. Es una oportunidad invaluable para que les ECAPeres reflexionen sobre lo que es el apoyo y sobre cómo este debe lucir en la vida real. Esto me recuerda nuestro viaje desde “estorbar” hasta “construir colaboraciones para transformar la violencia y la opresión”. ¿Cómo es la colaboración en este contexto? Un artículo en Sojourners se refería al privilegio como a una deuda. El desafío consiste en cómo la gente blanca decide hacer la reparación o abordar su deuda.
¿Por qué es esencial que los ECAP se involucren en estas protestas?
¡Para ser testigos! Muchas personas fuera de los Estados Unidos me han preguntado qué tan violentas y peligrosas han sido las protestas. Todo lo que ven son enfrentamientos violentos. En mi experiencia, es frecuente que a los medios extranjeros les guste representar el sensacionalismo negativo de los EE. UU. y casi nunca su lado positivo. Tenemos que hablar de manifestaciones pacíficas, colaboraciones y alianzas, y amplificar las voces de la comunidad negra lo mejor que podamos, aquí y más allá de nuestras fronteras.
Como directora administrativa de una organización internacional por la paz, ¿puede ver puntos de intersección entre lo que está pasando en EE.UU. y los países donde los ECAP tienen sus programas?
Claro que sí. Los movimientos de resistencia civil no-violenta tienen mucho en común globalmente e incluso aprenden los unos de los otros. Actualmente, los organizadores en EE.UU. han aprendido de organizadores en Hong Kong y en otros lugares. El racismo sistemático y las estructuras de opresión son parecidas y el grado de militarización en nuestras denominadas democracias es muy parecido de un país a otro. Con frecuencia pensamos en los extremos, como la ocupación militar de Palestina o la presencia de grupos armados en Colombia y Kurdistán Iraquí, y olvidamos que los EE.UU. están altamente militarizados. Lo vemos en el momento que la gente se lanza a las calles. Si se viaja a la frontera con México, la militarización del territorio de Estados Unidos se puede ver a todo momento sin ninguna ambigüedad.
¿Cuál es su mensaje para los representantes de los ECAP en EE.UU.?
Pienso sobre todo en la gente blanca. ¿Cómo ponerle atención continuamente a nuestros privilegios y darnos cuenta de cómo interfieren en nuestro activismo? ¿Cómo rendimos cuentas por ser blancos en nuestros círculos? ¿Cuáles son los privilegios que tenemos en el contexto de hoy? Estamos viviendo en un momento único y tenemos que tomar esta oportunidad para involucrarnos en esta conversación y retarnos a nosotros mismos.