Palabras. Ellas importan.

Este es un llamado a escuchar osadamente perspectivas diferentes a las suyas.
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An aerial image of a city street with the words LA VIE DES NOIRES COMPTE painted on the street. Text is superimposed at the bottom of the image that reads "Words. They Matter."

Uno de mis aspectos favoritos del lenguaje es su maleabilidad. Como sociedad, estamos en constante evolución y nuestro idioma evoluciona con nosotres. La belleza de tener un medio de expresión que no solo describa lo que vemos, saboreamos, tocamos, oímos y sentimos; sino también lo que imaginamos y lo que soñamos en convertirnos, es siempre un milagro para mí. Las realidades que podemos crear con el lenguaje son infinitas. Pero esto también significa que lo que hablamos al mundo, da forma y moldea cómo percibimos el mundo.

Las estructuras de poder y opresión en la política, la religión, la economía, etc., están sostenidas por el poder del lenguaje. Al descolonizar nuestras comunidades, las palabras que usamos juegan un papel en nuestra liberación colectiva.

Recientemente, he estado leyendo sobre el término «terrorismo». Como hemos visto, particularmente en los medios estadounidenses, la violencia supremacista blanca se explica como incidentes aislados de “una buena persona teniendo un mal día”. Comencé a ver una tendencia después de varios tiroteos masivos en los EE.UU. donde las personas con la profesión de críticas, instaban a los medios de comunicación a comenzar a llamar la situación como lo que es: terrorismo interno. Pero después de la insurrección en el Capitolio de EE.UU. a principios de este año, yo escuché una voz diferente que nos pedía que evitáramos el uso del término ‘terrorismo’. El peligro de usar la palabra terrorismo para incluir la supremacía blanca es que inevitablemente alimenta el sistema que fue construido para oprimir a las comunidades Negras y Musulmanas por medio de políticas y protocolos “antiterroristas”. Aunque con buena intención para dar peso a las acciones violentas de las personas supremacistas blancas, la terminología proporciona más munición para seguir perfilando y vigilando a los cuerpos de color.

A veces, un término no se trata de lo que representa, sino de lo que falla en representar. Veamos el término ‘womxn’ (mujeres). Este término se originó en la década de 1970, pero lo encontré por primera vez durante un resurgimiento a principios de la década del 2010 cuando las mujeres— en su mayoría mujeres blancas cisgénero— buscaban distanciarse de la palabra raíz de ‘men’ (hombres). También se pretendía que fuera un término interseccional para incluir a aquellas personas que sistemáticamente quedaron fuera del discurso feminista blanco. Pero en su intento de tener inclusividad, la mayoría de las personas usaban la palabra sin asegurarse de que esos espacios fueran realmente seguros para las comunidades Negras, Indígenas, Personas de Color, trans y no-binarias, o sin consultar a las comunidades si esta terminología les resonaba.

De manera similar, el término Personas de Color ha sido simultáneamente un término que ha dado identidad a algunas personas, pero ha dejado a otras personas confundidas y sin identificar. Debido a que este es un término que se puede convertir rápidamente en un arma [como ‘womxn’ (mujeres)] donde las líneas se trazan rápidamente a menudo por suposiciones basadas en la apariencia física o la presentación, se vuelve imperativo que demos espacio a aquellas personas que se ven más afectadas por estas estructuras de poder para dictar el lenguaje que usamos para describirles.

Y no, no todas las personas estarán en la misma página. Nuestras comunidades no son homogéneas y no todas se sentirán representadas o borradas por un término u otro. He visto argumentos, tanto a favor como en contra, del uso del «terrorismo doméstico» dentro de las comunidades Negra y Musulmana. Y tanto ‘womxn’ (mujeres) como Personas de Color, pueden ser un espacio empoderador para quienes se identifican y se aceptan de esta manera.

Este es un llamado a escuchar osadamente perspectivas diferentes a las suyas. También es una invitación a tener disposición a sentarse con su incomodidad y cometer errores. Porque seguiremos cometiendo errores. No es natural para aquellas personas, como nosotres en posiciones de poder, considerar el costo de nuestro privilegio. Por eso se necesita práctica intencionada. Le invito a hacer el primer ejercicio hoy: si usted está hablando desde una posición de poder, recuerde preguntarse quién no está siendo representado en su idioma.

Publicado originalmente en CPT Newsletter vol xxxi No. 1

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