Toronto está cerrando refugios hoteleros de la era de la pandemia sin procesos de reubicación adecuados, dejando a las personas residentes varadas, en situaciones peligrosas, mientras sufren abusos a manos de les administradores.
El conflicto es volátil e incierto. Vivir en esta realidad es estresante y agotador. Que encontremos la fuerza para perseverar y la esperanza en una posibilidad de cambio.
Oremos por Berivan, una activista de derechos civiles de Badinan y madre de cinco hijes, quien fue juzgada después de más de 17 meses de detención. Oremos por su familia y las familias de otras personas presas de Badinan, quienes deben vivir sin sus seres querides.
Se han escrito los caminos para la descolonización. A través de movimientos centrados en la solidaridad indígena, podemos cambiar nuestra comprensión de la soberanía desde la individualidad a la fuerza relacional en el compartir.
Este es un llamado a escuchar osadamente perspectivas diferentes a las suyas.