El poder de elles

Las personas palestinas utilizan una variedad de técnicas de resistencia incluyendo la filmación de les solados mientras están asesinando y disparando al pueblo palestino, pero ¿es suficiente para disuadir la ocupación israelí?
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Soldado lleva proyectiles de gas lacrimógeno grita en dirección a los niños
Soldado lleva proyectiles de gas lacrimógeno grita en dirección a los niños

En la tierra donde nadie escucha las voces del pueblo arrestar y asesinar es parte de la rutina diaria de les soldados. Para contrarrestar este desequilibrio de poder las personas palestinas usan las cámaras como herramientas de resistencia. Al tomar fotos y hacer videos el pueblo palestino hace todo lo posible para proteger a sus niños y niñas del acoso de les soldados israelíes; es una estrategia para mostrar al mundo su historia y entregar su mensaje.

Desde mi punto de vista, “el poder bueno” es el poder en las manos de las personas que lo necesitan, que resisten, luchan por sus derechos y entienden nuestra humanidad. Pero “el poder malo” es el poder usado contra las personas para oprimirlas y humillarlas, similar a lo que les soldados israelíes hacen al pueblo palestino.

El experimento de la cárcel de Stanford, que fue un estudio de simulación de una cárcel llevado a cabo en 1971, demuestra acertadamente como el poder se corrompe rápida y peligrosamente. El comportamiento militar israelí refleja este experimento con los medios de poder (armas y apoyo de su gobierno) para hacer lo que ellos quieran a las personas palestinas. A nosotres les palestines nos toca interpretar el rol de prisioneros sin ninguna opción. En Stanford, el experimento se llevó a cabo en una pequeña cárcel controlada por observadores y directores, pero nosotres vivimos en una prisión al aire libre donde les soldados tienen el espacio y la fuerza para aprovecharse de su poder contra el pueblo palestino.

Aunque no sea la única manera de resistir a los colonos ilegales y soldados, documentar y filmar lo que hacen les soldados puede ser efectivo. Muchas veces escuché a miembros de la comunidad local decir “que ellos escuchen y vean lo que esta ocurriendo y lo que es la verdad”, mientras sostenía la cámara y filmaba a les soldados israelíes cometiendo alguna violación a los derechos humanos.

Por ejemplo, miembros de ECAP observaron en abril 2021 a Mona y Mohammed Al-Kurd, dos activistas palestinos que usaron las cámaras de sus teléfonos para destacar la situación en Jerusalén. Las personas palestinas vieron la importancia de filmar las violaciones y de usar plataformas de redes sociales como Facebook e Instagram como herramientas para que otros vean lo que está pasando, desde su propia perspectiva, ya que los canales de televisión no son neutrales y, de esta manera, permitir que el público pueda escuchar las voces palestinas.

Algunas veces les soldados nos impiden usar cámaras porque están intimidados; otras veces sonríen a la cámara haciendo señales de victoria con sus manos, vestides en sus uniformes y blandiendo sus armas. Tras verlos sonreír tantas veces comienzo a preguntarme que es lo que quieren comunicar mediante esa reacción. ¿Están orgulloses de lo que hacen? ¿Acaso no les importa como sean representades en los medios porque saben que tienen poder ilimitado? Parece ser una reacción a una situación incómoda para elles. Intentan demostrar que no les importa. Pero, de hecho, sus reacciones reflejan preocupaciones sobre el poder de la cámara y como una foto podría limitar su poder y disciplinar su comportamiento ante la mirada del público.

Por ejemplo, el tercer viernes de Ramadán 2021, varies soldados estaban inspeccionando a personas palestinas que querían entrar a la Mezquita Ibrahimi. Mientras ECAP monitoreaba la zona tomando fotos y haciendo videos notamos que un soldado miró la cámara y alzo su mano en señal de victoria. Tras unos segundos reconoció que esta señal no representaba lo que estaba haciendo entonces bajo la mano y se retiró de la zona.

Con su constante amenaza y provocación a las personas de Palestina les soldados esperan obtener una reacción que justifique el uso de más poder a través de armas, puestos de control, bombardeos y humillación para perpetuar su poder ilimitado y la opresión sobre el pueblo palestino. Esto es lo que observan les ECAPeres en las reacciones de les soldados, desde el uniforme que utilizan hasta las herramientas que usan, sosteniendo de cerca sus armas y bombas cuando regresan a sus puestos de control.

Los puestos de control son solo un medio para controlar el movimiento de las personas palestinas, pero les soldados también los usan como sus bases, sus “sitios seguros” donde pueden recargar su poder y una base desde la cual iniciar sus intrusiones. Por esta razón la mayoría de los tiroteos ocurren cerca a los puestos de control. Además, notamos que cuando les soldados se retiran de un sitio que han ocupado están siempre en grupo nunca como individuos. Entre más lejos estén de los puestos de control menos poder tienen.

Las personas palestinas utilizan una variedad de técnicas de resistencia incluyendo la filmación de les solados mientras están asesinando y disparando al pueblo palestino, pero ¿es suficiente para disuadir la ocupación israelí? Por supuesto que no, pero al menos esas cámaras se convierten en una herramienta del “poder bueno” en contra de las armas y bombas de les soldados.

Chico mira hacia otro lado de la cámara
Soldados israelíes detienen un niño de 13 años en le puesto de control. “Espere durante más de media hora, pero no me dejaron ir. Dejaron ir a mi hermano”. Cuando un miembro de ECAP preguntó porque le estaban haciendo esto, el dijo “no sé, quizás estén aburridos o me odian por algo que desconozco”. Después de media hora les soldados israelíes lo dejaron pasar.

Tras un año monitoreando las calles de la zona H2 de Hebrón, he aprendido a analizar estas dinámicas de poder y resistencia día tras día. He experimentado el poder de la cámara recientemente mientras documentaba un incidente. Les soldados israelíes habían detenido un niño de 13 años por más de media hora después de dejar ir a su hermano. Una vez prendí la cámara y comencé a tomar fotos del niño, los soldados lo dejaron ir. Por primera vez sentí que tenía un poder igual al de elles, aunque fuera tan solo unos minutos.

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