Padre de familia enfrenta 100 años de prisión por intentar reunirse con sus hijas

Declaración conjunta de borderline-europe, Can't Evict Solidarity, CopWatchGR y ECAP - Programa ECAP de Solidaridad con Migrantes en la Región Egea
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Por tratar de seguir a sus hijas a Berlín, H. Sabetara de Irán, será juzgado en Tesalónica, Grecia, el 26 de septiembre. La fecha del juicio ya se pospuso tres veces desde mayo del 2022. El hombre de 58 años, quien es padre de dos hijas, ha estado en prisión sin juicio desde septiembre del 2021. Anteriormente, sus hijas habían podido salir de Irán con la ayuda de una visa de estudiante. Como esta ruta estaba bloqueada para él, Sabetara pagó a un contrabandista, que lo dejó a él y a otras personas pasajeras, solas en la frontera entre Turquía y el norte de Grecia. Debido a que Sabetara condujo un automóvil tierra adentro, fue arrestado por contrabando. Por ello, se enfrenta a 100 años de prisión.

En septiembre del 2021, la hija de Homayoun, Mahtab, que vive en Berlín, recibió una llamada telefónica. Su padre ha sido arrestado y está en prisión en Grecia. Cargo: contrabando. Sentencia de prisión inminente: 100 años. Para la joven de 27 años y para su hermana Mina, el mundo se derrumba. Durante semanas habían temido por su padre, su único padre. Él había salido de Irán unas semanas antes de la llamada para seguirlas a Berlín. En vista de la situación política cada vez más difícil, Mahtab y Mina abandonaron Irán una tras la otra, con la ayuda de una visa de estudiante y han estado viviendo en Berlín desde el 2018 y el 2021, respectivamente.

Sin embargo, para su padre viudo, H. Sabetara, no había una forma legal y segura de llegar a Alemania, motivo por el cual él confió en un contrabandista que se suponía lo llevaría desde Turquía hasta Grecia, cruzando la frontera del Río Evros. Allí, el contrabandista había organizado un automóvil para continuar el viaje por tierra hacia Tesalónica. H. Sabetara no tenía suficiente dinero con él para continuar el viaje. Él le prometió al contrabandista que sus hijas organizarían el resto del dinero y se lo enviarían a una persona conocida en Tesalónica. A cambio, el contrabandista le exigió que condujera el coche. Le aseguró que sería seguro, que todo saldría bien y que si no era así, él lo ayudaría. Poco después, el contrabandista desapareció, dejando atrás a Sabetra y a otras siete personas refugiadas que cruzaron la frontera con él.

Esta es una ocurrencia común en la ruta de huida de Turquía a Europa. Las personas refugiadas suelen tener que dirigir los barcos o conducir los coches ellas mismas. Mientras que en el pasado las personas contrabandistas llevaban a sus “clientes” al destino deseado—por ejemplo, dejándoles a salvo al otro lado del Egeo—debido a la militarización cada vez mayor de las fronteras y a la criminalización de la migración, esto se ha convertido en un riesgo demasiado alto; por lo tanto, no ha sido parte de la oferta durante años.

Pero alguien tiene que dirigir el barco o conducir el coche. Así que Sabetara conducía el coche. Sin embargo, poco antes de llegar a Tesalónica, la policía les detuvo y les revisó. Sabetara es arrestado y sucede algo que él nunca hubiera esperado: lo acusan de contrabando, aunque él mismo es una persona refugiada y una de las personas “contrabandeadas”.

En concreto, el cargo es “facilitar la estancia no autorizada de siete nacionales de terceros países”. Cuando él declara que conducía el coche porque no podía pagar, a la acusación se le suma el agravante de “actuar con ánimo de lucro”. Porque iban tres personas en el maletero, también se le imputa el agravante de haber “puesto en peligro la vida de otras personas”. Según la legislación griega, se enfrenta a 15 años de prisión por cada persona transportada; es decir, un total de unos 100 años.

El caso de Sabetara, lamentablemente, no es un caso aislado. Con base en esta interpretación del contrabando de personas, numerosas personas ya han sido condenadas y encarceladas durante años—independientemente del hecho de que estaban tratando de ponerse a salvo a sí mismas y a otras personas. Como documentaron en el Programa de ECAP de Solidaridad con Personas Migrantes en la Región Egeaborderline-europe y ‘Deportation Monitoring Aegean, durante varios años el estado griego ha utilizado sistemáticamente la presentación de tales cargos contra las personas migrantes que llegan a las islas griegas. Los arrestos que siguen a estas acusaciones de contrabando, a menudo infundadas, son arbitrarios y los juicios violan las normas básicas de justicia. Sin pruebas suficientes, por lo general las personas son arrestadas a su llegada y mantenidas en prisión preventiva durante meses. Cuando su caso finalmente llega a los tribunales, sus juicios tienen una duración promedio de solo 38 minutos, lo que lleva a una sentencia promedio de 44 años y multas de más de 370,000 euros. De esta forma, miles de personas migrantes han sido enviadas a prisión durante años inmediatamente después de su llegada a Europa. A partir del 2019, las personas condenadas por “facilitar la entrada o estancia no autorizada” constituían el segundo grupo más grande en las prisiones griegas.

Como muchas otras personas, Sabetara ha estado en prisión en Tesalónica sin juicio desde su arresto en septiembre del 2021. La fecha original de su juicio era mayo del 2022, la cual ya se ha pospuesto tres veces; en estos momentos, la fecha prevista es el 26 de septiembre. Desde que sus hijas se enteraron de su detención, ellas intentan ayudarlo en todo lo que pueden. Su padre sufre de cáncer. La atención médica en las prisiones griegas es deficiente. Temen que él no sobreviva a una sentencia de prisión de varios años. Es el único padre que les queda, ya que su madre falleció hace unos años.

“¡Nuestro padre debe ser liberado! ¡Migrar no es un crimen! ¿En qué clase de mundo vivimos en el que un padre es castigado con 100 años de prisión por querer reunirse con sus hijas?”, expresan sus hijas Mahtab y Mina, quienes viajarán juntas a Grecia para declarar como personas testigo en el juicio.

Nos sumamos al reclamo de las hijas y llamamos a:

  • Que se retiren los cargos contra H. Sabetara;
  • Libertad para todas las personas encarceladas por conducir un barco o un coche con otras personas que buscan protección a pesar de que no hay alternativa para llegar a la Unión Europea;
  • El fin de la criminalización de la migración y el encarcelamiento de personas en movimiento.

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