Conmoción y Asombro en Hebrón

Descubriendo la aceptación y el empoderamiento en el trabajo de resistencia no-violenta
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Makeshift barriers cut off access in H2 Hebron, accumulating trash. On the wall there is graffiti that reads "Make [heart], not walls."
Image by Louis Bockner

Una querida amiga de la familia, Dianne Roe, vino de Nueva York a Palestina para visitarnos a mi esposo, a mis hijes y a mí. Ella había sido integrante de Equipos y Comunidades de Acción por la Paz en Hebrón desde su infancia y ahora es ex-alumna de ECAP. Ella y su grupo de amistades se han propuesto educarme sobre Palestina y la ocupación militar de Israel. Dianne y yo hicimos un viaje a la oficina de ECAP en Hebrón, donde pasamos dos noches como algunas de las primeras personas huéspedes en quedarse desde la pandemia. Cuando Dianne y yo llegamos a la Ciudad Antigua de Hebrón, me horroricé por el enorme complejo militar israelí que se encontraba junto a la oficina y el apartamento de los Equipos y Comunidades de Acción por la Paz. No pude evitar pensar: “¡Dios mío! ¿En qué diablos me metí?”

Cuando Dianne y yo nos acercamos al segundo piso del edificio de ECAP, les integrantes de ECAP, Ahmed y Tarteel, nos dieron la bienvenida de inmediato y nos ofrecieron té y café. Cuando comenzamos a hablar sobre nuestras vidas, nuestras experiencias profesionales, la misión de ECAP y la rutina diaria, mi ansiedad se disipó. Dianne y yo nos instalamos en el apartamento a las 5 de la tarde. Desafortunadamente, les integrantes de ECAP tuvieron que rechazar mi invitación a cenar ya que debían regresar a su casa antes del anochecer o corrían el riesgo de sufrir acoso por parte de los colonos y las personas soldado de la ocupación.

Una vecina de al lado, una mujer palestina de mediana edad, majestuosa y fuerte, reconoció a Dianne y se ofreció a prepararnos la cena. Acabábamos de conocernos, pero sentí que la conocía desde hacía años. Ella y yo caminamos por el mercado donde se puede encontrar de todo, desde artículos para el hogar hasta ropa, zapatos, frutas y verduras frescas. Las calles están enredadas en alambre de púas, y justo encima del mercado había un piso con rejillas de acero donde las personas soldado paseaban por encima, equipadas con uniformes militares completos y blandiendo rifles de gran calibre. Había un número notable de vacantes esparcidas por todo el mercado de la Ciudad Antigua. Muchos de los escaparates habían sido cerrados por orden de las fuerzas de ocupación y muchas de las mercancías de los comerciantes aún estaban dentro, me informó la vecina mientras caminábamos. Aunque me esforzaba deliberadamente por no hacer contacto visual con ninguna persona soldado, vi a una que estaba de pie en lo alto, mirándome a través del piso de rejilla de acero de la jaula con su gran rifle en la mano—el tipo de rifle que solo había visto en películas de acción.

Más tarde esa noche, Dianne y yo nos instalamos en nuestras habitaciones para pasar la noche. Puse algo de música para relajarme cuando, de repente, escuché lo que sonaba como un simulacro militar en marcha. A medianoche escuché una misteriosa línea de tambores. Me escondí en el pasillo de la escalera y grabé la música del exterior en mi teléfono. Sentí miedo y llamé a mi papá en Ohio, quien se quedó al teléfono conmigo hasta que la música se detuvo. Tenía miedo de la estructura militar fortificada que está tan cerca de la oficina de ECAP y temía que fácilmente pudieran ver lo que yo estaba haciendo dentro del apartamento e imaginé al ejército israelí con todo el equipo antidisturbios irrumpiendo y atacando el apartamento. La música se detuvo y finalmente me dormí.

Patrulla Escolar ECAP

A la mañana siguiente, nos despertamos a las 6 de la mañana para la patrulla escolar, un programa que fue creado por ECAP hace algunos años para garantizar que les niñes de Palestina lleguen a la escuela sin sufrir acoso y/o que personas soldado les aborden en la calle o en un puesto de control. Todavía estaba medio dormida cuando nos fuimos y yo no tenía identificación porque no tenía idea de a dónde iba. Pasamos por un puesto de control tras otro. Afortunadamente, a todas las demás personas que estaban conmigo se les pidió identificación, ¡pero a mí no! Llegamos a nuestro destino, donde nos paramos mientras observábamos a les escolares cruzar un puesto de control importante, que era tan grande que podría haberse confundido fácilmente con una estación de tren. Nos quedamos hasta que pudimos ver que les escolares llegaron sanos y salvos a la escuela.

Caminamos de regreso a la oficina y al departamento de ECAP. Caminé con otra personas voluntaria. Íbamos enfrente del resto del grupo, mientras discutíamos nuestras vidas en casa, nuestras personas importantes, lo que pensábamos de Palestina y lo que estábamos haciendo aquí. Mientras caminábamos por la Ciudad Antigua de Hebrón, la prima de mi esposo, Layla, quien también es amiga de Dianne, nos detuvo y nos ofreció desayuno. Ella tenía una mesa pequeña puesta con pan de pita, frijoles horneados, hummus, labaneh y té.

A medida que me acercaba al final de mi primer día con ECAP, yo tenía algunas preocupaciones sobre algunos de los informes de ECAP que había leído. Me preguntaba sobre la salud mental de les escolares y cómo ECAP, las familias de les niñes y las propias escuelas están abordando el tema de la salud mental. Pensé que a les niñes de la escuela de Hebrón les vendría bien algún entrenamiento especializado para educarles sobre cómo manejar una situación y cómo responder cuando se enfrentan a una persona soldado. También creo que a mis propies hijes les vendría bien el mismo tipo de formación; mi hijo de once años, Kareem, ya ha sido detenido por las fuerzas de ocupación israelíes en varias ocasiones. Afortunadamente, hasta este momento, Kareem ha salido ileso de estos encuentros con las personas soldado. Ahmed respondió a mis preocupaciones explicando que depende de los padres y las madres el velar por la salud mental de sus hijes. Dijo que las familias y las escuelas no se vuelven proactivas sobre la salud mental de un(a) niñe hasta que llega a un punto crítico. Ahmed también habló acerca de la banda militar que yo había escuchado la noche anterior. Dijo que era probable que los colonos israelíes pusieran música a todo volumen por la noche para molestar a las personas vecinas Palestinas. Para cuando terminamos nuestra discusión, era hora de que el personal de ECAP se fuera por el resto del día.

Demoliciones de Casas en Bani Na’im

El segundo día, el equipo había hecho arreglos para que yo fuera con Ahmed a la demolición de una casa ordenada por la Ocupación en la aldea rural de Hebrón, Bani Na’im. Tomamos un autobús e hicimos un viaje de 40 minutos a Bani Na’im, donde nos recibió Mohammed Rashid Hussein Manasra, quien nos llevó en su camioneta a su casa, la cual había sido demolida. Mientras conducíamos a través de su pequeño y aislado pueblo, Manasra explicó que todas las casas en esa ladera de la montaña y en el valle de abajo están programadas para la demolición. 

Cuando llegamos a nuestro destino, nos bajamos del camión para tomar fotos del lugar donde su casa había quedado reducida a un montón de escombros de concreto. Manasra nos invitó a entrar a la casa de su hijo, quien nos ofreció té y galletas. Manasra continuó su historia. Había estado construyendo la casa para él y su esposa, con la intención de vivir más cerca de su hijo y nietes. La familia de Manasra había recibido dos órdenes de demolición en un año, y nunca se le notificó a la familia cuándo se llevaría a cabo la demolición. Muchas personas residentes de la zona habían recibido más de siete órdenes de demolición, que es una táctica utilizada con frecuencia por el gobierno israelí para obligar a les residentes a mudarse y abandonar sus hogares.

Es una práctica común que las personas Palestinas construyan casas sin permisos legales, porque incluso, si las personas residentes pasan por un costoso proceso legal formal para adquirir un permiso, lo más probable es que se les niegue el permiso. El sistema de derecho militar en los Territorios Palestinos Ocupados se basa en órdenes militares que justifican la destrucción de viviendas palestinas para crear más espacio para los colonos judíos israelíes. A medida que la demanda de asentamientos judíos continúa creciendo y el tamaño de los asentamientos continúa expandiéndose, las personas Palestinas son constantemente expulsadas de sus hogares y de sus tierras.

A la Familia Manasra no se le permitió asistir a la audiencia sobre la demolición de su propiedad, pero obtuvieron una persona para asistencia jurídica para manejar los procedimientos legales. La familia no planea reconstruir porque es muy probable que la casa sea demolida nuevamente. A pesar de tener representación legal, como personas Palestinas, se enfrentan a un tribunal militar israelí que implementa órdenes militares que solo defienden la propiedad de las personas israelíes judías. Aunque Manasra está en comunicación con una organización de derechos humanos en Belén con respecto a la demolición de su propiedad, no se tiene claro qué ayuda puede ofrecerle esta organización.

El día de la demolición, las fuerzas de ocupación ordenaron a la familia que se alejara de la propiedad y no se les permitió ingresar a la propiedad para recuperar sus pertenencias. Todo lo que la Familia Manasra podía hacer era ver cómo su casa se hacía pedazos y se reducía a polvo y escombros. Un vecino que vivía cerca vio lo que estaba pasando y trató de implorarle a las personas soldado que realizaban la demolición. El vecino terminó siendo golpeado y ensangrentado, hasta el punto de que tuvo que ser trasladado de urgencia a un hospital cercano. Más tarde se recuperó.

La destrucción de propiedad en los Territorios Palestinos no es nada nuevo; el Gobierno Israelí ha estado demoliendo negocios y casas propiedad de personas Palestinas durante décadas. La Administración Israelí no mantiene registros de demolición, sin embargo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanos de las Naciones Unidas rastrea y registra la demolición de estructuras de propiedad Palestina. Desde el 2009 hasta el 2022, se demolieron 8,875 estructuras de propiedad Palestina, lo que provocó el desplazamiento de 12,973 personas Palestinas. El diecinueve por ciento de las estructuras de propiedad Palestina que han sido demolidas fueron destruidas en Jerusalén, y un asombroso setenta y nueve por ciento de las estructuras de propiedad Palestina que han sido demolidas fueron demolidas en el Área C de los Territorios Palestinos. Del 2009 al 2022, se demolieron 34 estructuras de propiedad Palestina en Bani Na’im y 48 estructuras Palestinas, en mi propia ciudad natal de Al-Ezariya, lo que fue sorprendente descubrir.1

Nuevo Sentido de la Libertad

Mi última patrulla escolar en Hebrón con ECAP fue agridulce. Caminamos a través de un puesto de control tras otro como lo habíamos hecho antes. Sin embargo, esta vez, en el tercer puesto de control, un soldado me pidió una identificación. Saqué mi identificación Palestina de mi bolsillo trasero y se la mostré. Ambos soldados estaban desconcertados sobre cómo y por qué tenía una identificación Palestina. Se miraron y luego, afortunadamente, me permitieron pasar sin ningún problema.

Era hora de que Dianne y yo nos fuéramos. El equipo me agradeció por venir porque esto permitió que ECAP estuviera presente en Bani Na’im, y me dijeron que podía regresar a Hebrón en cualquier momento. Dianne y yo bajamos al apartamento de ECAP para recoger nuestras cosas. Reflexioné sobre los muchos años que había pasado viviendo en aislamiento social en Al Ezariya. Ha tenido un gran impacto en mi bienestar emocional, psicológico y físico. Irónicamente, ir a Hebrón, una de las partes más represivas de Palestina, me dio una nueva sensación de libertad. Me inspiró y asombró ver cómo las personas de los Equipos y Comunidades de Acción por la Paz, que incluye a personas Palestinas y personas voluntarias de alrededor del mundo, trabajan juntas hacia un objetivo común: apoyar la resistencia no-violenta de las personas Palestinas a la ocupación militar de Israel en Hebrón. Aprecié cómo me recibieron, me incluyeron en las actividades de su organización y valoraron mi participación en sus patrullas escolares diarias, reuniones y dar testimonio de la demolición de una casa. Aunque todavía sentía algo de miedo, también sentí aceptación y me senti facultada para hacer algo en apoyo del Pueblo Palestino, a pesar de que la situación aquí no ha cambiado. Gracias, Dianne y ECAP, por llevarme en este viaje de autodescubrimiento y propósito.


1‘Data on Demolition and Displacement in the West Bank’ (Datos sobre Demoliciones y Desplazamientos en Cisjordania’. Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios-Asuntos Palestinos, Naciones Unidas, 25 de octubre del 2022

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