La gran noticia para Colombia sucedió el 9 de junio, después de estar perdidos por 40 días en la selva, las tres niñas y un niño pertenecientes al pueblo indígena uitoto fueron encontrados con vida tras un largo proceso de búsqueda. La noticia no se hizo esperar, era un milagro encontrarles, era esperanzador verles nuevamente. La madre tierra y los saberes ancestrales les protegieron, su resiliencia, el amor y cuidados de la hermana mayor hacia sus hermanas y hermano les permitieron sobrevivir mientras la ayuda iba en camino.
Y es hoy, a través de esta historia que queremos resaltar la importancia de las niñas y los niños en Colombia, en los territorios y comunidades que acompañamos, la niñez representa el presente, representa la transformación de un mundo que ofrece esperanza pese a las circunstancias.
Hoy queremos sostener a la niñez que vive en las comunidades como El Guayabo o en la región del Nordeste-Antioqueño, comunidades que ECAP Colombia acompaña, pues se ha despertado una fuerte alarma por el aumento en el número de niñas y niños reclutados en estos territorios y otras regiones de Colombia. Hacemos un llamado a ustedes una gran red de apoyo, a sostener en sus oraciones a la niñez, una niñez que merece vivir en libertad, crecer en territorios de paz, una niñez que muchas veces ha sido opacada por el adulto-centrismo y que merece el reconocimiento de lo que ella representa, porque más que un futuro, la niñez es el presente y el ahora, la niñez tiene mucho que enseñarnos, empezando desde la mirada genuina y amorosa en su forma de ver el mundo.
Qué en nuestras oraciones siempre esté la niñez campesina de Colombia, la niñez que cruza un check point cada día en Palestina para ir a la escuela, la niñez que vive en medio de los bombardeos en Kurdistán, la niñez que cruza el mar con su familia en Lesbos, la niñez que defiende los territorios indígenas en Canadá, la niñez migrante en la frontera de México y Estados Unidos, ¡la niñez del mundo presente!