Durante muchos años hemos escuchado en los boletines de noticias o leído en los periódicos sobre el número de mártires causados por la ocupación debido a sus agresiones y ataques contra las personas palestinas. Comparamos estas cifras y las contamos con años anteriores para medir la intensidad de la violencia practicada por la Ocupación contra el pueblo palestino. Por ejemplo, en el 2021 la Ocupación Israelí mató a aproximadamente 265 personas palestinas en Gaza y 84 en Cisjordania, y en el 2022, a 33 y 154 personas respectivamente, según estadísticas e informes de OCHA de la ONU.
Hasta ahora, ha habido al menos 2,329 mártires en Gaza y 55 mártires en Cisjordania durante la semana de la agresión israelí a Gaza. Estas cifras no incluyen a les mártires desde principios del 2023 en varias partes de Palestina. Las estadísticas y los informes sobre el número de mártires muestran el aumento de la violencia y los asesinatos contra las personas palestinas año tras año.
Pero, ¿qué sucede después de que se publiquen estas estadísticas e informes? ¿Hay condena y denuncia? ¿Qué viene después? ¿Qué pasa con les mártires después de eso?
Muy pocas personas recordarán a la persona mártir tras su fallecimiento. Esta persona mártir simplemente se añade a la lista y se entierra junto con su vida, sus sueños, sus ambiciones, su pasado y su futuro. Sus recuerdos se desvanecen y su existencia se convierte en un número más. Nadie piensa en la vida de la persona mártir—quiénes eran sus amistades, quién era un ser querido para ellas, cómo era su trabajo, cómo se relacionaban con sus colegas, cómo se conectaban con su familia. ¿Esta persona eran la mayor o la menor entre sus hermanos y hermanas? ¿Qué secretos guardaba? ¿Cuál era su comida favorita? ¿Cuáles eran las metas que aspiraban alcanzar en su vida? Todas estas preguntas son borradas y olvidadas, como si nunca hubieran existido, reduciéndolas a meras estadística
Este sentimiento sirve como un conmovedor recordatorio de la deshumanización que puede ocurrir debido a la ocupación, donde cada persona mártir se convierte en nada más que una estadística, eclipsando la riqueza de sus vidas y el profundo impacto que deja en quienes la conocieron y amaron. Esto es precisamente lo que desea la Ocupación Israelí: borrar su humanidad y reducirlas a meros números.
Las vidas de las personas mártires palestinas no son sólo números; tenían una vida antes de su martirio. Se esforzaron y lucharon por un futuro mejor. Algunas eran profesionales de la salud y se desempeñaban en la medicina, enfermería o eran paramédicas; eran personas dedicadas a salvar vidas. Algunas de estas personas eran docentes y transmitían conocimientos a generaciones enteras. Algunas eran madres y padres de familia, la columna vertebral de sus familias y, eran hermanos o hermanas que se apoyaban unes a otres. Eran luchadores por su patria, por su tierra. Eran resistentes combatientes de la resistencia en su propio suelo, que resistían por una vida mejor.
¿Qué pasa con quienes les amaron después de su pérdida? Toda persona mártir tiene seres queridos cuyos corazones están destrozados y sus espíritus aplastados. Sus vidas se ven profundamente afectadas después de lo sucedido. Yasmin Jaber, hermana del mártir Momen Jaber, que fue martirizado el 9 de agosto del 2022 en los enfrentamientos que tuvieron lugar en Bab al-Zawiya, en Hebrón, dijo al recordarlo: «Hermano mío, me duele el corazón y mis lágrimas se han secado. Lo único que queda después de ti son lágrimas, frustración y tristeza. La vida se ha vuelto insoportable».
Momen, a la edad de 17 años, era conocido por la sonrisa que nunca abandonaba su rostro. Tenía el don de hacer sonreír a sus amistades, se destacaba en su escuela y sentía un profundo respeto y amor por sus docentes. Durante las vacaciones escolares, trabajó para ayudar a mantener a su familia. El día de su martirio, debía pagar la factura de la luz de la casa con su salario y era un firme partidario de los proyectos de su hermana.
Momen era una persona de buen corazón que apreciaba la vida. Decidió no permanecer en silencio ante la injusticia y la opresión que sufrió el pueblo bajo la Ocupación. Su participación en la manifestación fue una respuesta a los trágicos acontecimientos ocurridos en Naplusa ese día, cuando la Ciudad Antigua fue invadida y tres personas murieron tras los bombardeos de viviendas y de una destrucción generalizada.
Momen fue martirizado por los disparos de la Ocupación, que le atravesaron el corazón. Su cuerpo y su corazón no eran lo suficientemente fuertes para soportar la brutalidad de esas balas que penetraron en su núcleo. Dejó atrás a su familia, su trabajo y su vida.
Ahora, durante la reciente agresión a Gaza, la resistencia palestina decidió luchar en un intento de combatir el bloqueo que se ha impuesto a Gaza durante 16 años. Se resisten a la Ocupación, que ha estado matando y desplazando a las personas palestinas desde 1948.
Esta resistencia, una respuesta natural a los crímenes de la Ocupación contra las personas palestinas, ha sido condenada por muches, mientras que a les ocupantes se les otorga el derecho a defenderse. La resistencia palestina es a menudo injustamente etiquetada como terrorismo, a pesar de que simplemente están defendiendo su tierra y dentro de sus derechos del derecho internacional y de la Resolución 2649 de 1970 de la Asamblea General de la ONU, que afirma la legitimidad de la lucha por la autodeterminación. Declara que: «La Asamblea General reafirma la legitimidad de la lucha de los pueblos por la liberación de la dominación colonial y extranjera, y de la subyugación extranjera por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada». La prevalencia mundial del racismo ha dificultado el reconocimiento de la existencia palestina, como si las personas palestinas nacieran sólo para enfrentar la muerte, simplemente porque son de Palestina y están bajo la Ocupación.
Es como si la gente pensara que las personas palestinas abrazan la muerte, como si sus vidas no importaran. En verdad, las personas palestinas valoran la vida. El poeta palestino Mahmoud Darwish capturó maravillosamente este amor por la vida en sus poemas. Uno de los ejemplos más profundos de esto se ve en Gaza, una ciudad que enfrenta bombardeos aéreos anuales por parte de la Ocupación Israelí. Sin embargo, les habitantes de Gaza se niegan a rendirse. Se mantienen firmes, reconstruyen sus hogares después de cada bombardeo y crean nuevos caminos para la vida. Ellas eligieron la esperanza y la resiliencia en esta tierra, donde cada vida perdida en esta agresión soñaba con vivir en un futuro lleno de justicia, igualdad, libertad y un mundo libre de discriminación.
Estas personas mártires, que han perdido la vida, cada una de ellas era un mundo para alguien. Esto es algo que el mundo debería entender profundamente. Se trata de apoyar a las personas oprimidas, no a les ocupantes que han estado causando sufrimiento y desplazamiento durante 75 años. Debemos solidarizarnos con los pueblos oprimidos que luchan por sus derechos y libertad utilizando los medios a su alcance. Debemos compartir las historias de las almas que se perdieron en la búsqueda de la libertad en esta tierra. Las vidas de las personas palestinas importan; son un pueblo que anhela la paz y la justicia, a diferencia de lo que les ocupantes intentan retratar y distorsionar en los medios de comunicación.
Entiendo que usted esté en contra de la violencia, pero no permita que su postura contra la violencia cree un espacio de negación del derecho a resistir. El trabajo de la no-violencia de ECAP tiene sus raíces en la justicia y la igualdad, al igual que la lucha palestina para resistir la opresión a diario. La paz debe llegar a esta tierra, y sólo puede llegar si nos liberamos de la opresión y de la Ocupación. Palestina y su pueblo son parte de este mundo y cada vida individual tiene un impacto. Espero que Dios nos dé comprensión y que nunca olvidemos orar para que Palestina alcance la libertad y la paz. Concluyo con las palabras del poeta palestino Mahmoud Darwish en su poema: “La paz sea con la tierra creada para la paz, que nunca ha visto un día de paz”.