Según el Diccionario de Cambridge, la urgencia es «la cualidad de ser muy importante y necesitar atención inmediata: Ahora es urgente que la ayuda llegue a la zona de hambruna. Ella subrayó la urgencia de una pronta solución».
Según esa definición, la urgencia procede del privilegio y del individualismo. Resulta notable ver los ejemplos de Cambridge. El primero ejemplifica la urgencia colectivamente; por ejemplo, una hambruna. En cambio, el segundo ejemplo es muy individual; una persona cualquiera necesita una solución.
Parece que el individualismo ha creado una falacia en torno a la urgencia y, de alguna manera, ha profundizado en el significado de ser privilegiado en relación con el tiempo.
Como una persona palestina, siempre me alegra ver que la gente quiere prestar apoyo y quiere conocer las realidades horribles que viven las personas palestinas; son una causa y una petición nobles. En cualquier caso, por mucho que tu apoyo sea esencial, tu atención al momento oportuno también es importante.
Desde 1948, hemos necesitado todo tipo de apoyo y respaldo, pero eso no significa que el voluntariado en Palestina sea urgente porque ahora por fin tengas tiempo para hacerlo. Eso es un privilegio.
Es difícil escuchar esta afirmación de muchas personas visitantes occidentales: «Me he dado cuenta de que quiero aprender y ahora tengo tiempo para hacerlo ya que estoy de vacaciones». Decir esto a una persona palestina que apenas puede planear su día no muestra mucha sensibilidad. Pedir respuestas rápidas a tus peticiones porque estás planeando tus vacaciones o planificando tu verano no es urgente para una persona palestina que está pensando en sus parientes en las cárceles, en su familia en Gaza o que vive en una zona restringida en la Ciudad Antigua de Al-Khalil / Hebrón.
Tu sentido de la urgencia es nuestro sentido del ocio ya que, como personas palestinas, no tenemos la opción de planificar con antelación.