El 13 de junio, la ocupación israelí lanzó una gran operación militar contra Irán, denominada “León Naciente”, que toma su nombre de un versículo bíblico. Más de 70 personas murieron y más de 320 resultaron heridas en los ataques aéreos israelíes. En respuesta, Teherán prometió una “dura represalia” y lanzó ataques aéreos contra Israel esa misma noche. Se oyeron explosiones en todo el país, tras lo que se ha descrito como el mayor asalto militar de Israel contra Irán hasta la fecha.
Mientras prosigue el intercambio de disparos entre ambos países, es el pueblo palestino el que se lleva una vez más la peor parte de la violencia. Sus vidas se han visto directamente amenazadas y su realidad cotidiana se ha visto aún más perturbada.
En Gaza, las Fuerzas de Ocupación Israelíes (IOF, por sus siglas en inglés) continúan su campaña de genocidio, hambruna y destrucción. En el momento de escribir estas líneas, el ejército israelí cometió una de las masacres más mortíferas y horripilantes desde la reanudación de la guerra. Los primeros informes indican que más de 50 personas murieron y cientos resultaron heridas en un solo ataque.
Bloqueo total en Cisjordania en medio de los bombardeos
Inmediatamente después de los ataques israelíes, la ocupación impuso un bloqueo total en Cisjordania. Se cerraron todos los puestos de control, cortando la circulación entre ciudades y pueblos y dividiendo a las comunidades. El único punto de salida para las personas palestinas – la frontera jordana – también fue sellado. Aunque se han reabierto algunos puestos de control fronterizo durante un número limitado de horas, muchos permanecen completamente cerrados, lo que restringe gravemente la libertad de circulación.
Las fuerzas israelíes también han llevado a cabo continuas redadas y detenciones masivas, especialmente en ciudades del norte como Tulkarem y Nablus. Además, unas 40 personas palestinas resultaron heridas por la caída de restos de misiles de las represalias iraníes, la mayoría con heridas de leves a moderadas.
La situación económica se ha deteriorado bruscamente bajo estas restricciones. Muchos palestinos no pueden llegar a sus lugares de trabajo, sobre todo los que trabajan en otras ciudades. El coste de los bienes y servicios ha aumentado y las familias se enfrentan a dificultades cada vez mayores al verse privadas de ingresos y ayudas.
En Al-Jalil/Hebrón, las personas palestinas siguen gravemente afectadas por la intensificación de la situación. El viernes, 13 de junio, cayeron fragmentos de misil en la localidad de Sa’ir, al norte de Hebrón, hiriendo a cuatro niñes que fueron trasladades posteriormente a un hospital local para recibir tratamiento.
Las ‘IOF’ han cerrado por la fuerza la Mezquita de Ibrahimi, impidiendo a les guardias, al personal de la mezquita y a las personas fieles entrar o pronunciar el Adhan. La mezquita más sagrada de Hebrón está ahora bajo el control de las ‘IOF’. Durante cinco días consecutivos no se ha escuchado la llamada a la oración.
Al mismo tiempo, se ha impuesto un bloqueo militar total en varios vecindarios, como Harat Jaber, Al-Salayma, Ghaith y Wadi Al-Hussein. Todas las carreteras principales, secundarias y de tierra han sido completamente selladas, con puestos de control fronterizo militares que bloquean la entrada y la salida de la ciudad. Incluso se prohíbe el paso a les peatones, transformando Hebrón en una enorme prisión sitiada.
Castigo colectivo
En un nuevo acto de castigo colectivo, el porton de Ras Al-Joura ha sido cerrado con hierro soldado y el puente de Halhul ha sido cerrado con bloques de cemento, mientras las personas soldado sabotean los vehículos palestinos aparcados en las entradas de la ciudad. Se ha impuesto un toque de queda en la región meridional, especialmente en la zona de Al-Fahs, hasta nuevo aviso. Para reforzar este bloqueo, las fuerzas israelíes han distribuido por toda la ciudad avisos impresos en los que se prohíbe la circulación fuera de la ciudad y por las carreteras de circunvalación. Enmarcados como medidas de seguridad, los avisos ponen de relieve las severas restricciones y el control militar impuesto a las personas civiles palestinas.

Las fuerzas israelíes han intensificado su represión deteniendo a personas jóvenes palestinas en la calle, obligándolas a tirarse al suelo y sometiéndolas a malos tratos. Las redadas en Hebrón han incluido allanamientos de morada, vandalismo y amenazas. En una escalada inquietante, se golpeó a personas jóvenes y se las ató a muros en zonas como la Calle Bier-Saba’, Bab al-Zawiya y cerca de la Mezquita Ibrahimi; estos actos tienen por objeto humillar e intimidar a las personas palestinas.
Casas de personas civiles tomadas como puestos militares
Hacia las 6 de la mañana del sábado 14 de junio, las Fuerzas de Ocupación Israelíes irrumpieron en la casa de Um Firas Zahde, convirtiéndola por la fuerza en un cuartel militar durante dos noches. Las personas soldado tomaron el tejado como puesto militar, izaron la bandera israelí y exigieron que la familia se marchara durante una semana. Cuando la familia se negó, les encerraron juntes en una pequeña habitación, y cualquier persona que salga de su casa se le prohíbe volver. Um Firas, que tiene trabajo, fue obligada a ir a su trabajo y luego a quedarse con parientes cercanos durante dos noches. Las ‘IOF’ no dieron ninguna justificación clara, alegando motivos de “seguridad”.

Esta toma forzosa, que incluye el confinamiento de la familia en una única habitación cerrada con llave y la orden a Um Firas de abandonar la casa, es un reflejo de incidentes similares denunciados en otros edificios de la zona H2 de Hebrón, por ejemplo en la Rotonda de Karantina.
En la Zona H1 de Hebrón, las fuerzas israelíes se han apoderado de múltiples viviendas y las han convertido en cuarteles militares, izando banderas israelíes y situándose dentro de barrios civiles palestinos. Durante la guerra en curso entre Israel e Irán, la presencia de personas soldado de la ocupación israelí en estas zonas y la transformación de viviendas civiles en puestos militares convierten de hecho a las personas civiles palestinas en escudos humanos.
Según el Acuerdo de Hebrón, la ciudad está dividida en H1, totalmente controlada por la Autoridad Palestina, y H2, controlada por las Fuerzas de Ocupación Israelíes. Sin embargo, tras los recientes ataques con misiles, las ‘IOF’ han irrumpido todas las noches en los vecindarios de la H1 sin orden judicial, realizando registros y patrullas al azar. Irrumpen en las viviendas palestinas sin justificación y bloquean toda circulación en la zona.
Las ‘IOF’ son vistas regularmente día y noche en Wadi Abu Kteila, en la Calle Al Salam, en Farsh al-Hawa y el en vecindario de la Universidad, llevando a cabo inspecciones e imponiendo su control.
Intensificación de la ocupación y del control
Durante mucho tiempo se ha visto al vehículo blindado Eitan patrullando las calles del norte de Cisjordania, como Jenin, Tubas y Tulkarm. Introducido en el 2023 para sustituir a los modelos más antiguos, este vehículo ligero de 35 toneladas transporta a 12 personas soldado y está armado con ametralladoras en todos los lados. Ahora se ha visto por primera vez en Hebrón, lo que indica una nueva escalada del control militar sobre la ciudad.
En las Colinas del Sur de Hebrón/Masafer Yatta, la situación de las personas residentes sigue siendo terrible durante la guerra en curso. Viven con miedo e incertidumbre constantes, ya que las personas soldado de la ocupación israelí han cerrado todas las entradas a las aldeas y a las carreteras circundantes, así como en la Ciudad de Hebrón y en toda Cisjordania. La patrulla de la ocupación de las personas soldado israelíes sigue patrullando por las aldeas de Massafer Yatta, imponiendo un bloqueo que restringe gravemente los movimientos de las personas residentes, cuyo sustento depende del pastoreo, la ganadería y la agricultura.
A pesar de la guerra, la violencia de los colonos no ha cesado. Un colono, vestido con uniforme de soldado de ocupación israelí, demarcó límites en tierras palestinas, se apoderó de territorio adicional y soltó ganado propiedad de colonos en campos agrícolas palestinos. Mientras tanto, las personas soldado israelíes han impedido a las personas palestinas acceder a sus tierras.
En un contexto más amplio de aumento de la represión, la ocupación israelí ha reforzado su control sobre las plataformas de medios sociales. Ahora, las autoridades prohíben cualquier publicación en las redes sociales relacionada con la guerra entre Israel e Irán. Las personas palestinas se enfrentan a vigilancia y detención por publicar incluso una foto o un breve comentario en una plataforma de medios sociales. Varias personas jóvenes ya han sido detenidas únicamente por este motivo.