Por la libertad y la dignidad del pueblo palestino

El acuerdo entre Hamás y el Estado israelí nos recuerda la distancia que existe entre el alivio y la justicia.
Facebook
Twitter
Email
WhatsApp
Print
a snail

Nuestra elección no es entre la guerra y la paz, sino entre una vida con dignidad o sin ella»

Subcomandante Marcos, Ejército Zapatista de Liberación Nacional

Se han escrito muchas palabras sobre el acuerdo del 9 de octubre entre Hamás y el Estado Israelí. Palabras de celebración por parte del pueblo de Gaza, que espera poder respirar un poco, aunque sea por poco tiempo. Palabras de elogio para las personas en el liderazgo pítico que dirigieron las conversaciones a puerta cerrada. Palabras de alivio para las personas presas y para sus familias, que se reunirán tras años de separación. Sin embargo, entre tantos anuncios y titulares, es fácil olvidar que este acuerdo no es el final, sino una frágil pausa en un ciclo de sufrimiento que dura ya décadas.

Para las personas habitantes de Gaza, este acuerdo representa algo más que política, representa un atisbo de libertad que les ha sido negada durante mucho tiempo. Para les niñes que solo han conocido los puestos de control militar, los bombardeos y la escasez, es una promesa de que, por un momento, podrán correr por las calles sin miedo, reír sin vacilar y soñar sin la sombra constante de la violencia. Para las personas en las familias que han enterrado a sus seres queridos o han vivido bajo la amenaza constante de ser borradas, es un soplo de esperanza, un recordatorio de que sus vidas importan, que su dignidad importa.

Sin embargo, el acuerdo también nos recuerda la enorme brecha que existe entre el alivio temporal y la justicia. El alivio es inmediato, pero frágil; la dignidad requiere un cambio estructural. La verdadera libertad para las personas palestinas no puede medirse únicamente en términos de intercambio de personas prisioneras o en términos de alto el fuego a corto plazo. Se encuentra en la capacidad de vivir en una patria sin ocupación, de tener acceso a alimentos, agua y atención médica, de desplazarse sin temor sin restricciones arbitrarias y de criar hijes que heredarán derechos y protecciones, en lugar de puestos de control militar y escombros.

Para aquelles de nosotres que defendemos la visión de una paz basada en la justicia, este es un momento para recordar nuestro llamado. Equipos y Comunidades de Acción por la Paz lleva mucho tiempo acompañando a comunidades que sufren opresión y conflictos, dando testimonio, ofreciendo solidaridad y amplificando las voces que a menudo son silenciadas. Nuestro papel no es celebrar el fin de un acuerdo como si resolviera todas las luchas, sino honrar la humanidad que hay detrás de cada historia, escuchar las realidades vividas por quienes soportan el peso de la ocupación e incidir por estructuras duraderas que apoyen una vida digna.

El acuerdo del 9 de octubre nos recuerda que nunca se debe subestimar la resiliencia humana. Incluso ante el bloqueo, las bombas y el desplazamiento, la población de Gaza sigue manteniendo la esperanza, resistiendo y cultivando la vida. Su valentía exige más que reconocimiento, exige acción. Nos desafía a trabajar por un mundo en el que la dignidad no sea negociable, en el que la justicia no se retrase y en el que la libertad no sea un regalo temporal, sino un derecho fundamental.

Al reflexionar sobre este momento, comprometámonos con la construcción de paz que no sustituya la justicia por el alivio, que no se conforme con una calma temporal y que afirme que una vida digna es posible para todes.

Desde las montañas de Chiapas hasta las del Kurdistán, y desde las comunidades migrantes de Europa hasta las indígenas de la Isla Tortuga. Soñemos con un mundo de libertad y dignidad.

Subscribe to the Friday Bulletin

Get Ryan’s thoughts and the entire bulletin every Friday in your inbox, and don’t miss out on news from the teams, a list of what we’re reading and information on ways to take action.

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.

Read More Stories

a mural

¿Debemos morir para vivir?

Mientras Palestina cuenta las víctimas del genocidio en Gaza, Shahd reflexiona sobre cómo la poesía nos ayuda a comprender la naturaleza de la patria, la memoria y la resistencia.

A damaged house

Una paz fría: un alto el fuego sin desmovilización

Siete meses después del alto el fuego unilateral del ‘PKK’, los bombardeos y ataques de las Fuerzas Armadas turcas en el Kurdistán Iraquí parecen haber cesado. Sin embargo, la creciente presencia militar de ambas partes hace que la situación parezca frágil.

Ir al contenido