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15 de octubre de 2011
AL-KHALIL (HEBRON): Escasez
de agua
por Reinhard Kober
Abu Jamal es jefe de una
familia bien conocida en Halhul, al norte de Al-Khalil. Es un lindo pueblo en
la cumbre de una colina, rodeado por campos y jardines hermosos. Al igual que
otras ciudades dentro de la Area A administrada por la Autoridad Palestina, el
número de habitantes ha crecido de unos 3,000 en los años ’60 hasta 30,000
ahora. A causa de este crecimiento, la infraestructura también ha tenido que
aumentar. Durante est último tiempo, el pueblo ha tenido que abrir una nueva
escuela a todos los años.
Como vive al este de la
frontera “linea verde”, Abu Jamal y sus hijos, como mucha otra gente, ya no
puede trabajar legalmente en Israel. Han invertido dinero en invernaderos,
cultivando berenjenas y tomates, y al principio generalmente tenían éxito. Cuando
le pregunté como iba su cultivo, se encogió de los hombros, y enseguida se le
veía en la cara que las cosas están empeorando. No tenemos el agua que necesitamos,” dijo. “Solamente tres
horas de agua por semana no es suficiente. Comprar agua en tanques es demasiado
caro. No podemos hacer nada.”
Escuchándole a el, me
recuerda mi último paseo al mercado de legumbres en Al Khalil/Hebron. Cuando el ejército israelí cerró el antiguo mercado de legumbres
a lado del asentamiento Avraham Avinu, (el cual violaba el acuerdo Sharm-Al-Sheikh
entre Israel y Palestina) la ciudad entera sufrió. Si Ud. mira los montones de
cajones con etiquetas en hebreo, se da una idea de como las compañias israelies
sacan beneficio aprovechando los recursos de agua insuficientes.
Según OCHA (la Oficina
Coordinadora de Asuntos Humanitarios de la ONU) y un informe de Amnestía
Internacional, se les niega a los palestinos el acceso al acuifero debajo de
sus propias tierras. Los israelies utilizan un promedio deo 300 litros de agua
por persona por dia, los palestinos solamente 60 litros. A los palestinos ni
siquiera se les permite cavar sus propios pozos. Algunos, sin poder ganarse la
vida de sus terrenos, pasan furtivamente la frontera para ganar dinero en
empleos ilegales en Israel, frecuentemente dormiendo sin alojamiento.
La situación en la Area C,
controlada por la Administración Civil Israelí, es todavia peor. El ejército
israelí, para dificultar más la vida en esa area, fecuentemente destruye las
cisternas que recogen el agua de la lluvia. Un funcionario de OCHA me dijo, “Es
fácil hacer florecer los campos en las regiones áridas [en Israel] cuando estás
negando a los demás el uso de su propia agua.”
Abu Jamal quiere que sus
hijos puedan estudiar en la Universidad Abu Dis, pero eso es muy caro. >>>
Por un lado, concluyó nuestra conversación diciendo nuevamente, “Que podemos
hacer?” Por otro lado, creo que todavia no pierde la esperanza de un mejor
futuro para su familia creciente.