En Hebrón, una ensalada necesita coordinación de seguridad

La violencia directa de la ocupación es obvia, pero ¿cuáles son las formas sutiles en las cuales el apartheid se filtra en la vida palestina?
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A hand holds an avocado while slicing it lengthwise on a wooden cutting board. Another avocado already sliced sits open on the cutting board. In Hebron, you need security clearance to buy a knife for your home.

La Ocupación Israelí de Palestina está marcada por los crímenes de guerra llevados a cabo directamente por las personas ocupantes, tales como asesinatos, demoliciones, desplazamientos y otras violaciones que son evidentes para cualquiera que visite Palestina o siga las noticias en las redes sociales. Sin embargo, después de reflexionar sobre nuestras vidas como personas Palestinas, me he dado cuenta de que hay pequeños detalles en nuestra vida cotidiana que no se atribuyen directamente a la Ocupación pero que aún tienen profundos efectos en nosotres. Estos detalles solo pueden ser vistos o sentidos por quienes viven aquí y crecen con la realidad de un obstáculo alojado en cada tarea diaria sencilla o en cualquier plan para el futuro.

Un claro ejemplo es el de un vecino del barrio de Tel Rumaideh en Al-Khalil/Hebrón que quería comprar un cuchillo para cortar verduras para una ensalada. Los puestos de control fronterizo rodean Tel Rumeidah por todos lados; por lo tanto, cuando las personas residentes deseen ingresar artículos a sus hogares, incluyendo un cuchillo de cocina, deben comunicarse con la Oficina de Coordinación Distrital para la coordinación de seguridad entre las autoridades Palestinas e Israelíes para garantizar que el artículo no se utilice ilegalmente. Aquí, el término “ilegal” se refiere a cualquier comportamiento que las autoridades israelíes puedan considerar una amenaza para la seguridad de las personas israelíes. Por el contrario, el mismo comportamiento puede considerarse legal cuando se trata de personas Palestinas.

Un proceso de «coordinación de seguridad» puede llevar días o incluso semanas. Se requieren los mismos procedimientos para cualquier herramienta afilada, por simple que sea. ¿Usted alguna vez ha tenido que pensar dos veces antes de comprar un cuchillo de cocina para su hogar?

Otra realidad que destaca el impacto de la Ocupación es la restricción de movimiento. En menos de cuatro meses cumpliré 24 años y hasta ahora no he experimentado la sensación de caminar por la playa, las olas rompiendo contra mi cuerpo o el aire fresco y salado en mi piel. Este escenario existe solo en mi imaginación y en la serie de televisión que estoy viendo. ¿No es producto de la Ocupación cuándo me enfrento a una pregunta en Instagram sobre si prefiero el mar o la montaña y no puedo responder porque no he tenido la oportunidad de experimentarlo?

El Mar Mediterráneo está a solo 62 kilómetros de distancia y se toma solo dos horas en llegar. Sin embargo, los puestos de control fronterizos están por todas partes; y cuando traté de obtener el permiso israelí el mes pasado, como último recurso para intentar visitar mi país, fue rechazado y pospuesto para un momento en el que no podía ir. Esta fue una de las mayores decepciones de mi vida.

¿No es producto de la Ocupación que cada persona extranjera que conozco haya visitado Jerusalén y otras ciudades Palestinas en los Territorios Ocupados sin ninguna restricción, mientras que yo solo he visitado Jerusalén dos veces en mi vida, solo después de obtener el permiso de les Israelíes?

Hablé con una mujer que conoció a su esposo hace 20 años en Gaza. Ella accedió a casarse con él y se mudaron a su ciudad natal de Hebrón, donde él construyó una casa para elles. Sin embargo, unos años más tarde, Gaza se cerró por completo y no se permitió la entrada a ninguna persona Palestina, incluso si eran de Gaza pero se casaron con alguien de otra ciudad. Ella me dijo que su hermano pequeño, que solo tenía ocho años cuando ella se fue de Gaza, ahora tiene 28 y está a punto de casarse. Ella ha estado tratando de obtener un permiso para ingresar a Gaza por un día para asistir a la boda de su hermano porque él era su hermano favorito, pero es probable que no pueda asistir.

La última historia de mi artículo, pero ciertamente no la última en la vida de las personas Palestinas, es sobre una mujer que vive en el pueblo de Khalet al-Dhabe en Masafer Yatta/Colinas al Sur de Hebrón. El Ejército Israelí ha ordenado la demolición de todo el pueblo en una fecha indeterminada. La mujer contó cómo ella se enfermó una noche, y debido a la Ocupación, no se permitía la entrada o salida de vehículos del pueblo. Tuvo que montar en un burro durante tres horas a través de tierras baldías llenas de depredadores para llegar a la atención médica. Si algo hubiera pasado, no habría habido nadie para ayudarla.

Experimentar la Ocupación no se trata solo de enfrentar la violencia directa, sino también de las formas sutiles en las cuales la Ocupación afecta nuestra vida diaria y reduce nuestras aspiraciones. Nos hace temer enfermarnos sin tener elección de tratamiento o movilidad. Vivimos la privación de los elementos esenciales más simples de la vida, como una cocina funcional o un día en la playa. La Ocupación restringe no solo la movilidad física sino también la libertad emocional y mental al imponer techos a los sueños y ambiciones de las personas. Y mientras el resto del mundo se desarrolla, nosotres sufrimos el aprisionamiento de estar en un túnel del tiempo: viviendo en cuevas, escondiéndonos de la Ocupación y usando animales para movernos.

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