Les niñes son la alegría de la vida, difunden esperanza y amor entre la familia. Son ángeles en la tierra, con sus ojos inocentes y su hermosa energía positiva para empezar un nuevo día. Nos alegran el día con esperanza y optimismo. Nos empujan a trabajar duro para proporcionarles un futuro mejor, y les vemos crecer día tras día ante nuestros ojos. Este mes de noviembre, mientras el mundo celebra el Día Internacional de la Infancia, hay niñes en Palestina cuyas vidas se han perdido, niñes cuyas familias se han perdido y que no saben lo que ocurre a su alrededor ni por qué.
Los continuos crímenes de esta guerra han hecho vulnerables a les niñes, que ahora conocen el sabor del dolor y el significado de la pérdida. Han experimentado la pérdida de la familia, la escuela y las amistades, la pérdida de la esperanza que les rodeaba y la falta de sentir seguridad. Les niñes necesitan seguridad y sentir seguridad cuando está con sus madres y padres y con su familia, pero cuando las madres y los padres fallecen, sus ojos retratan el miedo a un futuro que les espera sin sus familias.
Todes les niñes del mundo tienen derecho a la vida, a la atención médica, al agua, a la alimentación, a un ambiente sano, al crecimiento, a la protección frente a toda forma de violencia, a un refugio seguro y al acceso a la educación; pero en Palestina todos estos derechos son inexistentes, especialmente durante esta guerra contra Gaza, donde les niñes no sienten ninguna forma de seguridad. Les niñes saben ahora lo que son los bombardeos y el sonido de la artillería y de los aviones. Están escribiendo sus nombres en sus extremidades para que las personas socorristas puedan reconocerles si bombardean su casa. Todo esto está ocurriendo en Palestina.
Tras una pausa en los incesantes bombardeos, sigue habiendo niñes sin identificar que no saben dónde están sus familias y familias que no saben dónde están sus niñes. Esta guerra destruyó todos los sueños de la infancia inocente, destruyó su futuro y sus esperanzas de futuro. Esta guerra borró linajes familiares enteros de los registros civiles. En esta guerra, hay una madre cuyas lágrimas se secaron por la intensidad del dolor. Esta madre regresó a casa, a pesar de los bombardeos y la destrucción, para buscar a sus hijes bajo los escombros de su casa demolida. Un padre triste busca a sus hijes por los pasillos del hospital. Estas historias nos rompen el corazón, historias de sufrimiento, de personas que huyen de sus hogares con sus familias en busca de seguridad, que dejan atrás a sus amistades, sus escuelas y sus sueños y ahora viven en una tienda de campaña que se lleva el viento del invierno.
Han llegado las frías lluvias y les niñes no tienen nada que ponerse para evitar el frío del invierno. Huyeron de su casa sin llevar nada consigo. Ahora que ha llegado el invierno y ha empezado el frío, no hay ropa y muy poca accesibilidad de comida. No hay medicinas ni suministros para les niñes que necesitan tratamiento. Estes niñes no tienen culpa y no conocen el significado de la guerra.
Oremos por todes les niñes que pasan hambre y por todas las familias abandonadas. Oremos por les niñes que perdieron a sus familias y se quedaron buscando a sus parientes. Oremos por todes les niñes que no encuentran protección contra el frío del invierno ni comida; por les niñes que no encuentran el juguete que perdieron bajo los escombros; por les niñes que han perdido un animal que cuidaban. Oremos por la seguridad y por el fin de la matanza. Oremos por todas las víctimas de la guerra y, por el fin de la guerra y de la destrucción.