Las demoliciones en Masafer Yatta no han disminuido

Ni siquiera las tiendas de campaña en las que se refugian las familias tras la demolición de sus casas se salvan de la destrucción. Las personas palestinas suelen quitar sus tiendas de campaña por temor a que los colonos les ataquen por la noche con cócteles molotov.
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A person in a red jacket and a child stand in the rubble of a demolished house

En Masafer Yatta, zona militarizada de las Colinas al Sur de Hebrón, la política de desplazamientos, detenciones, demolición de viviendas y de tiendas de campaña, y la destrucción de cultivos es generalizada. Les residentes se enfrentan a diario a la violencia, ya sea de los colonos o del ejército que protege a los colonos. Cada día surgen nuevas historias de sufrimiento familiar.

A pocos metros del pueblo de Umm al-Khair se encuentra el asentamiento de Karmiel, con sus casas nuevas y protegidas construidas en tierras pertenecientes a las personas ciudadanas de Umm al-Khair. Una valla separa a las personas palestinas de los colonos; las personas palestinas viven en casas y en tiendas de campaña improvisadas, ya sea con techo de hojalata, hechas con caravanas o estructuras sencillas. Las Fuerzas de Ocupación Israelíes (IOF, por sus siglas en inglés) demuelen sistemáticamente estas viviendas palestinas con el pretexto de estar construidas en zonas donde está prohibida la construcción. El ejército de ocupación ha declarado todas las zonas de Masafer Yatta zonas de entrenamiento para sus fuerzas.

Las fuerzas de ocupación siguen demoliendo viviendas palestinas sin piedad. Sólo en agosto han desplazado a familias enteras y han destruido cuatro casas, tiendas de campaña y caravanas. Además, colonos y personas soldado han cortado conducciones de agua vitales para la aldea, han agujereado depósitos de agua y han destrozado paneles solares.

Este verano, estas demoliciones se intensificaron significativamente como parte de un plan de los colonos para desplazar a les residentes con el fin de ampliar sus asentamientos. Colonos y personas soldado organizaron demoliciones de viviendas, ataques diarios y restricciones al pastoreo y a la agricultura. La mayoría de les residentes de Umm al-Khair dependen del cultivo para sus ovejas, pero cuando sus cosechas son destruidas, se ven en la obligación de comprar alimentos a precios exorbitantes. El cierre de las carreteras dificulta el transporte de los productos agrícolas, lo que aumenta los gastos.

Las fuerzas de ocupación prohíben a les residentes pastorear sus ovejas en sus tierras con el pretexto de que les militares las utilizan para entrenar. Llevar a pastar a sus animales en sus propias tierras expondría a estes pastores de Palestina a detenciones, a palizas, a amenazas y a multas. Los colonos, a menudo protegidos por las personas soldado, atacan a les residentes de Umm Al-hair ante la mirada de las personas soldado.

Sin previo aviso, las personas soldado y la policía de fronteras pueden entrar en la aldea con excavadoras para demoler las casas, desplazando a familias y niñes. En un instante, estas familias pierden sus pertenencias y recuerdos. Las fuerzas de ocupación no perdonan ni las lágrimas de les niñes. Cuando las personas soldado llegan para las demoliciones, dan a las familias sólo treinta minutos para evacuar y sacar sus pertenencias de sus casas. Todo lo que queda atrás es destruido junto con la casa.

Después, les niñes y las familias buscan entre los escombros sus pertenencias y se ven en la obligación de quedarse con parientes hasta que las organizaciones de ayuda les proporcionan tiendas de campaña. Sin embargo, la vida en estas tiendas de campaña es difícil debido a las altas temperaturas; y debido a esto, algunas familias excavan cuevas para vivir, lo que ofrece una mejor protección contra los elementos y los ataques de los colonos.

Ni siquiera las tiendas de campaña en las que se refugian las familias tras la demolición de sus casas se salvan de la destrucción. Las personas palestinas suelen quitar sus tiendas de campaña por temor a que los colonos las ataquen por la noche con cócteles molotov.

Las familias viven con miedo constante tanto al presente como a un futuro incierto, enfrentándose a la amenaza diaria de la violencia. Muches niñes sufren ansiedad y se orinan en la cama, preguntando a sus padres cada noche si los colonos o el ejército vendrán a demoler su casa o su tienda de campaña.

Les niñes han empezado a recoger sus pertenencias y juguetes en bolsas por si las fuerzas de ocupación llegan para demoler sus casas. Muchas familias también han expresado su preocupación por la falta de tratamiento médico y psicológico para niñes y mujeres. Aunque algunas organizaciones internacionales proporcionan apoyo psicológico, una o dos sesiones son insuficientes; les niñes necesitan apoyo continuo porque esta ocupación es constante.

No hay garantías de seguridad ni de estabilidad en Masafer Yatta. En agosto se emitieron dieciocho notificaciones de demolición sólo en la aldea de Umm al-Khair. A pesar de que las familias se opusieron a estos avisos, sus apelaciones fueron rechazadas. Mientras tanto, se está construyendo la ampliación del asentamiento a escasos metros.

La situación es igualmente grave en la aldea de Khallet al-Daba, a pocos kilómetros de Umm al-Khair. A pesar de su remota ubicación, Khallet al-Daba sufre los ataques de los colonos, incluido el establecimiento de puestos de avanzada cercanos en tierras palestinas. Las personas soldado suelen proteger estos puestos de avanzada o armar a los colonos para que se protejan. El 4 de julio en Jallet al Daba, los colonos quemaron una casa y lo que había en el interior; afortunadamente, la familia no estaba en casa. También han destruido otras viviendas del pueblo, han robado ganado palestino, han prendido fuego a árboles y valles y han impedido a los bomberos llegar hasta los incendios. Los colonos también dispararon balas contra las personas ciudadanas y destruyeron células de energía solar y cultivos esenciales para la supervivencia de la comunidad.

A la entrada de la aldea, cerca de la tienda de campaña comunal, les residentes han instalado un sistema de alarma que les avisa cada vez que alguien se acerca a la aldea. Esta alarma es un sistema de advertencia que permite a les residentes tomar precauciones cuando los colonos o las fuerzas de ocupación atacan. A pesar de sus limitados recursos, las personas ciudadanas se protegen proactivamente a sí mismas, a sus familias y a sus bienes.

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