ECAP se reunió con una mujer que vive en la zona restringida H2 de la Ciudad Antigua de Al-Khalil / Hebrón que está bajo toque de queda y cierres. Nos habló de la situación actual en la zona:
Desde que comenzó la guerra el 7 de octubre las familias han sufrido debido al cierre total de la zona, y la situación es extremadamente grave y peligrosa. Al tercer día, mi marido intentó desechar la basura fuera de casa, pero fue sorprendido por cinco soldados que lo atacaron violentamente, lo golpearon y luego se lo llevaron al patio trasero. Aún se estaba recuperando de una intervención quirúrgica reciente y no había pasado mucho tiempo desde la operación. Mi hijo se despertó al oír los gritos de los soldados e intentó salir, pero el soldado levantó su arma hacia él, intentando dispararle. Cuando mi hija se despertó y presenció esta situación, se desmayó y no pudo tranquilizarse.
Tras presenciar la cantidad de violencia, el hijo de seis años de nuestros vecinos no puede dormir por la noche. Se aferra a la almohada y dice que quiere salir de casa porque ya no se siente seguro. No puede abrir una ventana o una puerta para mirar afuera porque si hace algo, enseguida se encuentra con soldados fuertemente armados que le amenazan.
Les soldados de aquí son extremadamente agresivos y crueles. Hay uno que vigila nuestra casa, y si mi hija se asoma a la ventana, inmediatamente le lanza piedras y arena, gritando y maldiciendo de forma bárbara en hebreo mientras blande su arma.
Nuestra vecina, que acaba de dar a luz, pidió permiso al soldado para salir a comprar leche para su bebé, pero la empujó y se negó a dejarla marchar. Salir ahora es un proceso extremadamente complejo. Sólo podemos salir entre las 8:00 y las 8:30 de la mañana y sólo podemos volver a la zona a las 6:00 p.m. Esto significa que tenemos menos de una hora para movernos por las calles cada día, y si llegas al puesto de control después de las 6:00 p.m., tienes que buscar otro lugar donde pasar la noche.
Si tienes pertenencias que quieres traer es muy difícil y requiere mucha negociación con les soldados, así como inspecciones y acoso.
Mi hija contrajo sarampión y no pude llevarla al médico porque tengo que salir a las 8 de la mañana y no tengo ningún sitio donde quedarme hasta las 6 de la tarde. El sarampión es una enfermedad muy contagiosa y no puedo ir a ningún sitio a pedir ayuda.
Intentamos ponernos en contacto con la oficina de coordinación del distrito y con las organizaciones de derechos humanos, pero no hubo respuesta y nadie puede hacer nada. Todos en casa no pueden trabajar y nadie puede salir.